Tras tres años de matrimonio con
el equipo de la Gran Manzana, con sus idas y venidas, sus alegrías y
decepciones, Carmelo Anthony decidió poner fin, de momento, a su relación con
New York Knicks. Ni la llegada del Maestro Zen con todo lo que ello conlleva,
ni el fichaje de Derek Fisher como entrenador consiguieron evitar que el crack
decidiese salir al mercado abierto a probar, a buscar nuevos horizontes
deportivos y económicos provocándose una ruptura con el equipo de su ciudad.
Y como después de las rupturas lo
que recomiendan es salir de casa, Carmelo decidió seguir esto a rajatabla. Así
es como Carmelo entró en el speed dating que es la agencia libre. Citas rápidas
de ocho minutos que pueden acabar bien o como el rosario de la aurora. Los
primeros “ocho minutos” se los dedicó al equipo que parecía (y parece) favorito
en todas las apuestas, Chicago Bulls. El cortejo fue profundo y desde luego
parece que hubo cariño y esfuerzo, al menos por parte de los Bulls. No sabemos
si hubo besos, rosas y poemas, pero si sabemos que Derrick Rose se volvió a
enfundar sus zapatillas e hizo un entrenamiento privado para demostrar que va a
ser capaz de jugar a gran nivel después de otra temporada para olvidar por las
lesiones. Ojala.
Después de una copa en la estación
Chicago, Carmelo reparó en las potentes curvas de los equipos texanos. A
Houston le ha dedicado los segundos “ocho minutos” de su noche loca. Si Chicago
le puso las zapatillas a Rose, parece que Houston se las quito a Lin, que tiene
la mala suerte de vestir el mismo número que Anthony y que vio como Melo era
recibido con carteles con el ´7´. Houston tiene dos razones que a cualquier
jugador le harían enloquecer: Howard y Harden. Y tiene una que le debería
acojonar: su entrenador. Seguramente aun sorprendido por todo lo que le habrá
ofrecido Houston, Carmelo estará siendo cortejado por una de las mezclas más
raras que uno se puede encontrar en la agencia libre: Dallas Mavericks. Un
equipo de veteranos con el propietario más especial de la liga al mando, Mark
Cuban. Un inciso, suponemos que a esta hora ya iría bien servido, pero sino
Cuban se encargaría de ello en la preciosa limusina que ha recibido al
jugador.
Pero si pensabais que Carmelo
Anthony había acabado su noche triunfal os equivocabais, porque antes de acabar
el speed dating le queda charlar con Los Angeles Lakers, que parece que también
van a poner todo de su parte para atraer al jugador. Todo menos su entrenador,
por la simple razón de que aún no lo tienen (a mi parecer una locura, una
temeridad). Pero Kobe Bryant estará en la reunión. Y no. Yo no subestimaría el
poder de convicción de Kobe. Lakers le puede ofrecer una ciudad con vida propia
y un trio con el rookie Randle y Bryant.
Cuando acabe de hablar con todas
las opciones, supongo que pronto, alguien le debería dar un micrófono a Carmelo
y que hable. ¿Qué decisión va a tomar? Parece que la vuelta a casa ha dejado de
ser una opción, salvo embrujo Zen, y que a Carmelo le seduce la idea de formar
equipo con Noah y Rose en una ciudad de
baloncesto como Chicago. La resolución de esta bonita historia llegará pronto.
Estaremos atentos.