No
era necesario. Si esto era un favor (de 14 millones), se lo podía haber
ahorrado.
La
sanción que no permitía fichar al Atleti durante este verano situaba al club y
a los jugadores más importantes del
equipo en una complicada tesitura. Pero por encima de todos, era Griezmann el
que se colocaba en el foco. Normal. Un jugador con cierta tendencia a lo que
vulgarmente llamaríamos tonteo con los gigantes económicos europeos, vigente
balón de bronce y estrella de un equipo que históricamente ha vendido a casi
todos sus grandes jugadores. Todos los caminos llevaban a Roma. O a Manchester
en este caso. Desde luego que parecía el verano definitivo. El verano del
adiós.
5/11/2017: Griezmann continúa en la plantilla del Atlético. O al
menos hay un chaval que se le parece siendo titular en todos los partidos. Haga
lo que haga. En el peor Atleti de la era Simeone, con el equipo agarrándose a
la liga gracias a los continuos tropiezos de Madrid y Sevilla, prácticamente
eliminado de la Champions y con dudas incluso en Copa del Rey, Griezmann está
lejos de responder a las expectativas y queda a años luz del rendimiento que se
le presupone a una estrella, y más a una que hace no demasiado compartía foco
internacional con las dos grandes bestias del fútbol mundial, Messi y
Cristiano. Las razones que nos han traído hasta aquí no sorprenden a nadie.
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¿Por donde se va a Manchester?. (Cordon Press) |
Dinero
y hamor. Del que, como decía Xhelazz se escribe con h. De mierda.
14
millones y todo arreglado. O 14 millones y todo se termina de romper.
La
relación Griezmann- aficionado del Atleti llegaba tocada al inicio de campaña. Desde
luego que no hubo una explosión de felicidad a la hora del anuncio de
renovación. Quien más quien menos sabía lo que había. Un jugador que se había
aprovechado de un club en posición de debilidad y que iba a pasar un año (y un
año será) a razón de 14 millones. Peligroso porque, en cuanto vinieran mal
dadas, la situación podía explotar.
Mal
dadas han venido y empieza a quedar poca mecha. El equipo no carbura y Antoine
Griezmann está instalado en el no. No tira del equipo, no genera ocasiones y
por lo tanto no mete goles. Su partido en el
Metropolitano ante el Qarabag marcará toda su etapa en el Atleti. Con
los pesos pesados del equipo, cuyo rendimiento también merecería unas líneas,
sudando sangre por darle la vuelta al partido, el rendimiento del francés condenaba
al club a una más que probable visita a la Europa League. Visita que, por
cierto, puede consumir la poca mecha que resta. Todo dependerá de la actitud
del francés.
La
relación Griezmann/ Cholo tampoco parece estar pasando por su mejor momento.
Griezmann ha sido uno de los elegidos para ser cambiado tanto en Leganés como
en La Coruña, con el partido en juego y con la imperiosa necesidad de conseguir
el gol. También esta semana dejaba un recado a su (ex)estrella, cuando
comentaba que no tenía un jugador que pudiera resolver el partido por sí solo. Toque
de atención.
A
día de hoy, la temporada del Atleti todavía está en juego y tiene toda la pinta
de que estos dos meses hasta enero van a ser claves, para mantener el pulso en
Liga y para sobrevivir en Copa del Rey. Por ello, Griezmann podría hacernos un
favor, esta vez de verdad: dejar de jugar desde Manchester. O desde donde sea.
P.D. gracias a Griezmann por hacerme recuperar las ganas de escribir un artículo.