domingo, 30 de noviembre de 2014

De momento no pican

En Carolina del Norte se respiraba felicidad a  finales de la temporada pasada. Un Al Jefferson en modo All- Star y un eficiente y espectacular Kemba Walker llevaban a los Bobcats a una presencia en Playoffs en la que se encontraron con Miami en primera ronda con evidente resultado. Pero el verano parecía una buena continuación de la historia. La recuperación del apellido ´Hornets` (evento que no es posible menospreciar), la llegada de un deseado Lance Stephenson y un draft solido con Vonleh y P. J Hairston como elecciones ponía por las nubes las opciones del equipo de Steve Clifford de cara a la temporada 2014-2015. Los Playoffs parecían más una obligación que una aspiración, pero después de 18 partidos y con un record de 4-13, el equipo deambula por las últimas plazas de la Conferencia Este intentando encontrar soluciones a sus problemas, o quien sabe, intentándolos aún descubrir. Pero, ¿Cuáles han sido los problemas que han sufrido los Hornets en los primeros 17 partidos de temporada?  

La convivencia Kemba Walker- Lance Stephenson

Ahora mismo son como dos perros de presa conociéndose. Y eso parece, sin ninguna duda, uno de los elementos principales que han provocado el pobre record de la franquicia de Carolina del Norte. Los fríos números individuales indican que Kemba ha sufrido un frenazo en una progresión que parecía imparable. El base solo supera sus promedios de carrera en rebotes y eso, como veremos más adelante, no tiene porqué ser necesariamente positivo. Las calientes sensaciones indican que no se siente cómodo. Ha perdido su alegría y su descaro aparece con cuentagotas, como adaptándose a la presencia de un ente desconocido.

Por su parte, el escolta que llegó procedente de Indiana este verano después de que Charlotte fracasará en su intento por Hayward, está tirando de un forma penosa por decirlo suavemente. De momento el paso que debía de dar para adelante se está convirtiendo en dos hacia atrás. Está tirando peor que nunca y hay quien echa de menos una muestra de un carácter que sabemos de sobra que tiene. Pero como he dicho antes, parece que Kemba y Lance están en un proceso de tanteo y conociéndose uno al otro. ¿El problema? Que la franquicia no para de perder partidos.    

Para establecer una comparación con alguno de los mejores Backcourt de la liga vamos a echarle un ojo a esta tabla:
    
Backcourt
% tiros
% tiros de 3
Puntos
Walker- Stephenson
36.9%
24%
24.4
Curry- Thompson
47.15%
42.65%
45.7
Lawson- Afflalo
43.55%
33.5%
30.9
Lowry- Ross
44.3%
36%
29.4
Rose- Butler
46.8%
31.1%
38
Williams- JJ
45.8%
38.8%
35.3
Teague- Korver
48.8%
45.15%
31.8
Nelson- Ellis
41.55%
34.9%
27.3
Paul- Reddick
46.2%
39.5%
30.8
Fuente: @nbablog33

Sobran las palabras. De los nueve Backcourt seleccionados, el de Charlotte es con diferencia el peor de todos quedando los últimos en las tres categorías seleccionadas; % tiros, % de tiros de 3 y puntos por partido.   

Respecto a este tema me hago una última pregunta, ¿Está contento Kemba Walker compartiendo protagonismo con Lance? Os adjunto el video del Game Winner de Stephenson contra Atlanta para que observéis la actitud de Kemba justo después del tiro ganador y como cuando va a celebrar con su compañero no parece recibir mucha atención de su exultante acompañante de Backcourt.


¿Y el poderío interior?

Las malas noticias, rápidas. El máximo reboteador de la temporada en Charlotte Hornets es… ¡¡¡Lance Stephenson!!! Si, el díscolo jugador de Brooklyn nunca le ha hecho ascos a esa tarea pero esta estadística indica un grave problema en el juego interior de Charlotte. El equipo de Steve Clifford está empezando los partidos con Al Jefferson y un cuatro con tendencia a abrirse como es Marvin Williams. En el banquillo esperan Biyombo, con sus limitaciones de altura y Cody Zeller. No parece una bateria interior suficiente para hacer frente a los grandes equipos.  

Claro está que la presencia de Marvin Williams en la alineación inicial es un canto al ´4`abierto que tan de moda se ha puesto pero no hay dudas de que esto no está funcionando. Marvin Williams es un híbrido de alero y ala- pivot que se puede manejar en las dos posiciones y que lanza de tres puntos con cierto éxito. Sin embargo, con Al Jefferson reboteando mucho menos que el año pasado, los Hornets echan de menos una doble presencia interior que el año pasado tenían en la pareja AJ- Josh McRoberts. En la actualidad, la franquicia de Jordan es una de las más pobres en lo que a juego interior se refiere.   

Los finales apretados y las pérdidas de concentración

“Eres tan bueno como tu record dice que eres”. No, no es una frase mía, sino del entrenador de fútbol americano Bill Parcells. Charlotte ha perdido 6 de sus 13 partidos por una diferencia de 5 puntos o menos pero aun así creo que la afirmación de Parcells es perfecta para describir la situación de los Hornets. Charlotte es un mal equipo que encuentra su máxima expresión en los finales apretados de partido, cuando el balón quema. Kemba parece haber perdido su encanto en ese plano y el triple ganador de Stephenson fue como un oasis en el desierto.  

Aparte, el equipo se ha mostrado como un conjunto de enormes altibajos a lo largo de los partidos. De conexiones salvajes y arrolladoras a desconexiones que han acabado por completo con partidos que estaban siendo luchados. Charlotte no es un equipo fuerte mentalmente y puede haber varias razones que lo expliquen. Es obvio que su record ha sido un puñetazo en la cara. Con las ilusiones que se habían despertado, también entra en juego aquí la recuperación del logo, las derrotas han afectado el doble y parece que la plantilla está a falta de un líder que alce la voz bien sea para una reprimenda o para todo lo contrario.       

¿Hay solución?

Sí y no. En realidad para la relación Walker- Stephenson no lo sabemos. Lo sabremos con el tiempo, que es quien pondrá a cada uno en su sitio en esta relación recién formada pero que no parece para nada consolidada. El tema rebote delicado. Se andar el camino de introducir a Zeller en la alineación titular para  fortalecer la zona de la pintura, pero una segunda unidad con Biyombo y Marvin Williams puede ser como llegar a Malagón después de salir de Málaga. En el equilibrio estará la clave y Clifford debe encontrarlo. Y, ¿Qué hay sobre los finales apretados perdidos y las remontadas inoportunas? El equipo ha carecido de la concentración y la decisión necesaria para ganar partidos. Puede que la situación se desbloquee cuando Charlotte consiga ganar tres partidos seguidos y la confianza de los jugadores en ellos mismos y en sus compañeros crezca.  

En cuanto a su record negativo e imaginando que Clifford y los jugadores serán capaces de superar las importantes cuestiones que se les presentan cabe recordar una cosa: Charlotte Hornets juega en la Conferencia Este y eso es un balón de oxígeno. En tanto en cuanto los Hornets no son obviamente los Sixers, si el equipo soluciona su propio rompecabezas y encadena una buena racha de resultados, la franquicia de Michael Jordan se puede volver a plantar en Playoffs. La temporada es larga y no contabilizamos siquiera veinte partidos. Pero muchas cosas tienen que cambiar en Carolina. Estaremos atentos.           
     

jueves, 6 de noviembre de 2014

No hay manera de ganar así

“No hay manera de ganar así” Posible decirlo más alto, no más claro. Son las palabras de LeBron James después de perder en Utah el segundo partido consecutivo, después de la caída en Portland, y el tercero en cuatro partidos. Pero, ¿a qué se refiere exactamente LeBron James? Cleveland se sitúa en el puesto 19º en puntos por partido, el 23º en rebotes, es el 8º equipo que más puntos recibe y el que menos asistencias da de toda la liga. Los números, otras veces fríos, reflejan a la perfección el dubitativo inicio de un equipo que se presumía como el máximo favorito al anillo pero que solo ha despertado dudas en sus cuatro primeros partidos. No están controlando ninguna parte del juego y así se hace imposible ganar.

Especialmente sangrante está siendo el juego en equipo desplegado por el equipo de Ohio. Estar los últimos en el ranking de asistencias es simplemente la causalidad de un juego que no fluye como debería hacerlo y eso no parece tener solución, al menos a corto plazo. Cleveland tiene cuatro jugadores que se sienten cómodos creándose su propio tiro (el propio LeBron, Kevin Love, Waiters y Kyrie Irving) pero acabar con 6 asistencias totales un partido en el que metes 100 puntos no parece la mejor forma de jugar. Kyrie Irving, el base del equipo, ha tenido un total de 15 asistencias en cuatro partidos. Si, habéis leído bien. 15 asistencias. 

De momento Cleveland no se ha mostrado consistente en ninguno de los cuatro juegos. El día de la vuelta de LeBron parecían tener controlado el partido contra New York Knicks en el primer cuarto pero no fueron capaces de mantener el ritmo en los tres siguientes. En su visita a Chicago, entraron en el último periodo con una ventaja de nueve puntos pero no la mantuvieron y tuvieron que ganar en la prórroga. En la visita a Portland convirtieron 34 puntos en el primer cuarto… 16, 19 y 13 en los tres siguientes. Y en Utah la defensa hizo aguas en el primer cuarto y recibieron 32 puntos lo que les obligó a ir a contrapié el resto del partido. Un equipo irregular que va acrecentando las dudas partido a partido porque nada funciona o lo hace de vez en cuando.

Otro aspecto que debe preocupar en Cleveland es un roster excesivamente corto. Y esta cuestión no se debe tomar a la ligera. A esta temprana altura de temporada, Blatt ha olvidado la intención de rebajar los minutos de LeBron y este promedia 40.5. Kevin Love 38.3. Kyrie Irving 39.8. Los tres superan por un amplio margen la media de su carrera y se sitúan dentro de los cinco primeros de toda la NBA. Por establecer cierta comparación con estrellas de otros equipos, Bosh promedia 35.6, Paul 35.8 y Curry 33.8. Y la solución a esta cuestión está fuera del actual equipo. Marion o Mike Miller pueden ser una tirita, pero Cleveland necesita mirar otros jugadores para que la temporada de LeBron, Love o Irving no se convierta en una extenuante maratón.

Uno que debe empezar a sentir los nervios recorrer su cuerpo es David Blatt. Al problema que supone para un entrenador que su equipo juegue mal y este muy por debajo de las expectativas, él suma que es un entrenador novato y además europeo, por lo que no tiene un capital simbólico por detrás que le vaya a sustentar si las cosas se ponen feas. Blatt vive un curso de iniciación exprés sobre como manejar un equipo NBA pero deberá sacar el aprobado cuanto antes porque si la situación empeora y la cuerda se tensa, se va a romper por la parte más débil, sin duda él. 

La aventura en Ohio acaba de empezar, pero desde luego no lo ha hecho de la mejor forma posible. Cuatro partidos, tres derrotas. Serios problemas en ataque y en defensa. Exceso de minutos de sus mejores jugadores. El viaje es largo, pero el sabio refranero dice que lo que mal empieza, mal acaba. Lo veremos.