“No hay manera de ganar así”
Posible decirlo más alto, no más claro. Son las palabras de LeBron James
después de perder en Utah el segundo partido consecutivo, después de la caída
en Portland, y el tercero en cuatro partidos. Pero, ¿a qué se refiere
exactamente LeBron James? Cleveland se sitúa en el puesto 19º en puntos por
partido, el 23º en rebotes, es el 8º equipo que más puntos recibe y el que
menos asistencias da de toda la liga. Los números, otras veces fríos, reflejan
a la perfección el dubitativo inicio de un equipo que se presumía como el
máximo favorito al anillo pero que solo ha despertado dudas en sus cuatro
primeros partidos. No están controlando ninguna parte del juego y así se hace
imposible ganar.
Especialmente sangrante está
siendo el juego en equipo desplegado por el equipo de Ohio. Estar los últimos
en el ranking de asistencias es simplemente la causalidad de un juego que no
fluye como debería hacerlo y eso no parece tener solución, al menos a corto
plazo. Cleveland tiene cuatro jugadores que se sienten cómodos creándose su
propio tiro (el propio LeBron, Kevin Love, Waiters y Kyrie Irving) pero acabar
con 6 asistencias totales un partido en el que metes 100 puntos no parece la
mejor forma de jugar. Kyrie Irving, el base del equipo, ha tenido un total de
15 asistencias en cuatro partidos. Si, habéis leído bien. 15 asistencias.
De momento Cleveland no se ha
mostrado consistente en ninguno de los cuatro juegos. El día de la vuelta de
LeBron parecían tener controlado el partido contra New York Knicks en el primer
cuarto pero no fueron capaces de mantener el ritmo en los tres siguientes. En
su visita a Chicago, entraron en el último periodo con una ventaja de nueve
puntos pero no la mantuvieron y tuvieron que ganar en la prórroga. En la visita
a Portland convirtieron 34 puntos en el primer cuarto… 16, 19 y 13 en los tres
siguientes. Y en Utah la defensa hizo aguas en el primer cuarto y recibieron 32
puntos lo que les obligó a ir a contrapié el resto del partido. Un equipo
irregular que va acrecentando las dudas partido a partido porque nada funciona
o lo hace de vez en cuando.
Otro aspecto que debe preocupar
en Cleveland es un roster excesivamente corto. Y esta cuestión no se debe tomar
a la ligera. A esta temprana altura de temporada, Blatt ha olvidado la
intención de rebajar los minutos de LeBron y este promedia 40.5. Kevin Love 38.3.
Kyrie Irving 39.8. Los tres superan por un amplio margen la media de su carrera
y se sitúan dentro de los cinco primeros de toda la NBA. Por establecer cierta
comparación con estrellas de otros equipos, Bosh promedia 35.6, Paul 35.8 y
Curry 33.8. Y la solución a esta cuestión está fuera del actual equipo. Marion
o Mike Miller pueden ser una tirita, pero Cleveland necesita mirar otros
jugadores para que la temporada de LeBron, Love o Irving no se convierta en una
extenuante maratón.
Uno que debe empezar a sentir los
nervios recorrer su cuerpo es David Blatt. Al problema que supone para un
entrenador que su equipo juegue mal y este muy por debajo de las expectativas,
él suma que es un entrenador novato y además europeo, por lo que no tiene un
capital simbólico por detrás que le vaya a sustentar si las cosas se ponen feas.
Blatt vive un curso de iniciación exprés sobre como manejar un equipo NBA pero deberá sacar el aprobado cuanto antes porque si la situación empeora y la cuerda se tensa, se va a romper por la parte más débil, sin duda él.
La aventura en Ohio acaba de
empezar, pero desde luego no lo ha hecho de la mejor forma posible. Cuatro
partidos, tres derrotas. Serios problemas en ataque y en defensa. Exceso de
minutos de sus mejores jugadores. El viaje es largo, pero el sabio refranero
dice que lo que mal empieza, mal acaba. Lo veremos.
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