lunes, 18 de mayo de 2015

Triunfo por insistencia

A la tercera fue la vencida y el Real Madrid se alzó con su novena Copa de Europa de baloncesto en una noche inolvidable en el Palacio de los Deportes.
  
Eso es lo primero que honra a este Real Madrid. Dos batacazos previos no pudieron ni con la ilusión ni con el proyecto, aunque bien es cierto que este se tambaleó en algún momento y las derrotas amenazaron por cobrarse la cabeza de Pablo Laso. Pero aquello no ocurrió y hoy el Madrid recoge sus frutos.

Don Pablo Laso Biurrún tiene esa pinta de tipo amable y simpático que tan pronto puede jugar a tu favor como jugar en tu contra. No ayuda a ello (si al ojo, que lo disfruta) el estilo de juego que el Madrid ha desplegado desde que en 2011 llegará al banquillo blanco. Un juego desenfadado y agresivo en el aspecto de ataque pero que en ocasiones ha adolecido de la seriedad defensiva que requieren los grandes logros. ¿Se podía ganar así? A estas alturas de la película la pregunta parece una inmensa gilipollez. Y lo es. Como también lo era sin novena Copa de Europa.

No creo que exista una sola persona en el mundo del baloncesto que no se alegre del triunfo de Pablo Laso. Me atrevo a decir que al baloncesto europeo le iría muchísimo mejor si más entrenadores quitaran los grilletes a sus jugadores y les dejaran jugar como ellos saben. Pablo Laso ha recibido muchas ostias por ello pero jamás ha cambiado su estilo. Vivir y morir con tus ideas. 
  
Claro que, en Europa no hay plantilla comparable a este Real Madrid. Hoy se hace difícil no empezar por un jugador como la copa de un pino. Chapu Nocioni cambió la final e imprimió al Real Madrid el carácter necesario para enfrentarse a un equipo que pretendía hacer de ese mismo carácter su mejor arma. Corrió, taponó, defendió y mostró sus 35 años de veteranía aunque pareciera que tenía 20. MVP justo y necesario.

Como justa y sobre todo necesaria fue la exhibición de Jayce Carroll en el tercer cuarto. Tres disparos desde la larga distancia cuando más apretaba el Olympiacos. Su temporada de altibajos llegó al Everest cuando más se necesitaba. Como hacen los grandes.

Chacho, Rudy, Llull y Felipe. Las caras del equipo. ¿Qué no se ha dicho de Chacho? La imaginación al poder, la sonrisa de Europa, el atrevimiento en persona. El siguiente quizás sea el jugador más odiado y querido (solo por su afición) del panorama europeo. Rudy despierta los sentimientos más profundos del corazón. No contaré los que me despierta a mí porque no viene al caso pero, los únicos jugadores capaces de eso son los mejores. Rudy lo es. Al nivel que Rudy enciende pasiones, Llull enciende sus motores. Nadie en Europa es capaz de frenarlo en campo abierto, tal vez alguien le debería proponer el reto de ver si en Estados Unidos pueden. Felipe, el emblema. Si juntan los huevos de Felipe con los de Nocioni sale una tortilla de Record Guinness.



El juego interior ha sido el quebradero de cabeza por excelencia de este Real Madrid, y no solo esta temporada. Un Bourousis que desconectó del equipo hace meses, un Mejri que no destaca en Europa y al que parece, según algunos rumores, que quieren en Cleveland (intentad no reíros) y un Slaughter siempre cumplidor en todo aquello que no sale en la planilla al final del partido. Ante tal panorama apareció en los últimos meses de competición el que se suponía fichaje estrella del Real Madrid por el enorme mundial que hizo. Gustavo Ayón. El viernes cerraba bocas (la mía incluida) con un partido para recordar, haciendo de todo y bien. 

Jonas Maciulis y K.C. Rivers. El lituano apareció cuando menos se le esperaba. O tal vez cuando más se le esperaba por su condición de lituano. Canastas claves, carácter y pelea en el rebote. Tres facetas mágicas en las que se definía el partido de hoy. Y allí estuvo Jonas.  K.C se ha consolidado a lo largo de la temporada como el pegamento que todo equipo necesita. Su firma en la final la dejo con el +20 que tuvo el equipo mientras el danzó por la cancha.

Y este (sumando a Campazzo por supuesto) es el Real Madrid campeón de Europa. El Real Madrid que reconquista el título baloncestístico más importante del continente después de 20 años y que además enjuaga  el mal sabor de boca de las finales perdidas. Un campeón merecido y que entra directamente en las páginas de historia doradas del Real Madrid.

P.d.1. Felicidades a todos los madridistas y disfrutad de lo conseguido.

P.d.2. Me apetece comentar por aquí una cosa que me ha molestado viendo el partido de hoy en Digital +. Loncar cantando “corto” en los triples antes de que tocaran el aro los balones. QUIERO VER POR MI MISMO SI ENTRA O NO LA CANASTA. GRACIAS.

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