sábado, 18 de julio de 2015

¿El futuro sonríe a los Lakers?

Si. Después de varias temporadas transitando por el oscuro túnel de las derrotas y enlazando dos temporadas sin Playoffs por primera vez desde 1974-75 y 1975-76 la sonrisa vuelve a aparecer en el rostro de los seguidores angelinos, aunque  sea con precaución. No han sido estos años fáciles para la franquicia californiana. Después de alzar el campeonato en la 2009-2010 frente a los Celtics, no han vuelto a tener oportunidad de luchar por el campeonato, ni tan siquiera por el título de Conferencia Oeste. Tres estrepitosas caídas en Playoffs (4-0 frente a Dallas en 2011, 4-1 contra OKC en 2012 y el 4-0 que los Spurs le endosaron en 2013) antes de enlazar las dos temporadas sin presencia en postemporada que antes comentaba. En resumen, lejos de la excelencia en la que estaba instalada la afición del Staples.  

Para un equipo acostumbrado a ganar siempre, una pesadilla. La apuesta de juntar a Nash y Howard con Bryant y Gasol fue un auténtico fracaso al más puro estilo Payton+ Bryant+ Malone+ O´Neal. La edad y el físico de Nash y la madurez (por escasa) de Howard hundieron un proyecto que tenía muy buena pinta. A partir de ese momento todo fue cuesta abajo. Y sin frenos. El excesivo contrato de Kobe Bryant limitaba movimientos en los despachos y su repentina racha de lesiones graves limitaba el potencial de Lakers en la pista, además en el momento en el que la Conferencia Oeste más competitiva se tornaba. Perder a Pau Gasol en la agencia libre del año pasado era otro duro golpe en la línea de flotación.

Todo esto aderezado por la mala e ineficaz gestión del equipo por parte del entrenador D´Antoni y los rechazos continuos en la agencia libre por parte de las estrellas de la liga. Carmelo Anthony hace un año o Greg Monroe, LaMarcus Aldridge y DeAndre Jordan hace apenas semanas elegían otros destinos que les alejaban de Hollywood. La mala suerte no parecía tener fin. La plaga de lesiones se llevaba por delante a la elección de primera ronda del draft de 2014, la gran esperanza del año, Julius Randle que se lesionaba de gravedad en el primer partido de la temporada y era baja para todo el año.   


Años duros para los seguidores de los Lakers que parecen a punto de acabar. Lo primero que llama la atención de cara al futuro es que los Lakers pasan de tener más de 67 millones comprometidos en salarios esta temporada (séptimo equipo que más) a apenas 19 para la 2016-2017, lo que le dará una importante flexibilidad. Roy Hibbert, nuevo pivot angelino está en su último año de contrato y esta temporada recibirá 15 millones. Obviamente no los vale por su nivel de juego actual y eso es una ventaja para Lakers. Un buen rendimiento puede empujar a la franquicia a ofrecerle un contrato no muy excesivo al ex jugador de los Pacers, pero con su historial de irregularidad, el equipo tendrá que ser cuidadoso a la hora de apretar el gatillo. Pero sobre todo cuando esta temporada finalice, finalizará con ella el tóxico contrato de Kobe Bryant, 25 millones para 2015-2016 lo que supondrá un increíble descargo en las cuentas. 

El panorama pues, cambia y mucho. Jordan Clarkson parece estar consolidándose como un robo del draft y si confirma lo de la temporada pasada será un valor seguro para Byron Scott. Julius Randle es una bestia y seguramente la lesión en la pierna solo haya supuesto un retraso a la hora de demostrarlo y D´Angelo Russell, número 2 del último draft tendrá todos los minutos imaginables para demostrar que los Lakers no se equivocaron a la hora de elegirle por encima de Okafor. Y Larry Nance Jr. despunta en la Summer League con buenas armas físicas y defensivas.

Ellos parecen ser la base del futuro de los Lakers. Están en proceso de acabarse los tiempos de Kobe Bryant como rey de Los Ángeles Lakers por muy extraño que nos parezca. Si Kobe decide continuar jugando más allá de esta temporada muy probablemente renueve por el equipo con un salario de bajo impacto que permita a la franquicia buscar agresivamente a los mejores agentes libres disponibles, la asignatura pendiente en los despachos de California en los últimos años. El objetivo número 1 parece que debe ser claramente Kevin Durant, que si decide salir de OKC tendrá una larga lista de equipos dispuestos a firmarle. Los Lakers tienen el dinero necesario para ser uno de los favoritos a hacerse con él.

Queda lo más difícil. Hemos visto miles de reconstrucciones quedarse en el camino  y la de los Lakers por supuesto puede ser una de ellas. Sin embargo cuenta con tres aspectos importantes a la hora de construir un proyecto ilusionante: Talento joven en la plantilla, dinero suficiente para invertir en agentes libres y el encanto indudable que tienen como franquicia. A los fans de los Lakers les empieza a salir una media sonrisa. Probablemente dentro de poco se convertirá en entera.

 

martes, 14 de julio de 2015

Ganadores y perdedores en la agencia libre

Con todos los jugadores importantes acomodados en sus nuevos o antiguos equipos llega la hora de hacer balance de los ganadores y los perdedores que nos deja la agencia libre.

Ganadores

San Antonio Spurs

Esta selección es relativamente fácil. San Antonio Spurs hizo todo perfecto y no falló al apretar el gatillo. La renovación de Kawhi Leonard era el requisito número uno para tener un gran verano. Hecho. La vuelta de Tim Duncan y Manu Ginobili era el segundo paso para considerar exitosa la temporada baja de los Spurs. Hecho. A partir de ahí llegó lo más difícil. El juego de la seducción surtió efecto con LaMarcus Aldridge y el ala pivot llevará sus muchas cualidades a Texas. David West dejaba en un segundo plano el dinero para enrolarse en un equipo candidato al título y elegía al equipo de Popovich que además se hacía con el pivot más dominante de Europa, Marjanovic. A falta de últimas posibles sorpresas (¿Ray Allen?), San Antonio ha cimentado ya su candidatura de cara al anillo de la temporada 2015-2016.

Los Angeles Clippers

Los Clippers lucharon con uñas y dientes por DeAndre Jordan y la cosa les salió de cara. Y sí, cara también. Sin embargo era un riesgo (el de sobrepagar) que debían correr porque Jordan se ha convertido en una pieza fundamental en el sistema defensivo de los Clippers y no hay mejor finalizador para las bombas de CP3. Si los rumores de que quiere más protagonismo en ataque no son ciertos, los Clippers podrán ser completamente felices. Otros movimientos importantes han sido los fichajes de Wesley Johnson y Cole Aldrich, jugadores que prometen ser importantes en la rotación, una rotación que promete ser más profunda y peligrosa después del traspaso que realizaron por Lance Stephenson.   

Miami Heat

Otra obra maestra de Pat Riley para poner a Miami Heat como uno de los candidatos a dar la sorpresa en la Conferencia Este. La continuidad de Luol Deng, Dwyane Wade y Goran Dragic pinta clave para la próxima temporada en Florida pero es que además han llegado veteranos como Amare Stoudamire o Gerald Green, necesarios en todos los equipos ganadores. En el Este, este roster asegura presencia en Playoffs y pone a Miami Heat rumbo a un buen puesto en post- temporada.    

Milwaukee Bucks


Decisión difícil pero creo que justa y necesaria la de incluir a los Bucks en esta lista. Los Bucks, que ya visitaron los Playoffs el año pasado, amenazan con convertirse en series candidatos en la Conferencia Este si el fichaje de Greg Monroe funciona. Khris Middleton ha sido recontratado y ambos junto con Giannis Antetokoumpo, MCW y Jabari Parker forman un quinteto de lujo para la actualidad y para dentro de cinco años.  Y Jason Kidd a los mandos. Una locura. 


Perdedores

Dallas Mavericks

No es necesario entrar en detalles de todo lo que ha pasado con DeAndre Jordan porque es una historia mil veces contada a pesar del poco tiempo que tiene. Dallas Mavericks necesitaba a Jordan para cubrir el hueco Tyson Chandler dejaba al irse a los Suns y lo tenía en la mano pero se les escapó. Los últimos rumores indican que Dallas Mavericks puede estar detrás de JaVale McGee. Todo dicho. Wesley Matthews es un consuelo que no alegrará las vidas de los aficionados de los Mavs porque no emociona tanto como Monta Ellis y la llegada de Deron Williams es más un misterio que otra cosa porque desde que salió de Utah su carrera ha entrado en una decadencia que amenaza con continuar en la franquicia de Mark Cuban.  

Portland Trail Blazers

Las cosas se ponen duras cuando pierdes en un solo verano a cuatro de tus cinco titulares. Si, al menos les queda el mejor pero perder a LaMarcus Aldridge, Robin Lopez, Nico Batum y Wesley Matthews les hace directamente merecedores de entrar en la lista de grandes perdedores de la agencia libre a pesar de algún movimiento interesante como la adición de Mo Harkless. Portland ha sido durante las últimas temporadas un equipo seguro a la hora de conseguir victorias pero parecen encaminados sin remedio alguno a una reconstrucción.  

New York Knicks

He mantenido dudas sobre incluir en este artículo a los Lakers o a los Knicks, pero creo que a fin de cuentas los de la ciudad de Los Angeles salvaron con mejor nota la agencia libre que los Knicks. Robin Lopez será el cinco titular en  NY la temporada que viene  y tendrá otra oportunidad de demostrar que puede mantenerse saludable (solo en dos temporadas consiguió jugar los 82 partidos) y que puede ser un pivot de referencia en la débil Conferencia Este. Arron Afflalo es un seguro de vida que tendrá rendimiento y las adiciones de Derrick Williams o Kyle O´ Quinn están demasiado lejos de lo que esperaban los seguidores de los Knicks. Huele a otro año feo en New York. 


Brooklyn Nets

Me sigo rascando la cabeza con la unión Andrea Bargnani- Lionel Hollins porque a pesar del bajo precio por el que los Nets consiguieron al italiano creo que son como la noche y el día en cuanto a forma de ver el baloncesto. La desintegración en los Nets sigue vigente y esta vez es Deron Williams el que abandona el barco. El castillo de naipes construido para ser candidato al anillo sigue cayendo y no parece que haya nadie dispuesto a frenar la caida.  

lunes, 13 de julio de 2015

Reconstruyendo lo construido

Espero la temporada, más por curiosidad que por ganas, en la que San Antonio Spurs no sea un firme candidato a levantar el título en julio. Hace tiempo que perdí la cuenta de cuantas van ya. ¿10? ¿15? ¿20? Desde que Gregg Popovich asumiera el mando del equipo en 1996, 18 partidos después de iniciar la temporada regular, San Antonio se ha convertido en un reloj suizo, en un monstruo de precisión y fiabilidad que deja clara una cosa a sus rivales de conferencia: solo hay siete posiciones de Playoffs por las que luchar. La octava tiene nombre y apellido.


Más allá de lo increíble que es que solo en esa temporada inicial (incompleta para Pop) el equipo se perdiera Playoffs, llama la atención la capacidad que han tenido los Spurs de reinventarse en una liga en la que sí es complicado alcanzar el éxito, más lo es mantenerse en él.


Son de sobra conocidas las elecciones de draft de Pop que acaban convirtiéndose en jugadores claves en la consecución de campeonatos. Parker (nº 28 en el draft de 2001), Manu Ginobili (nº 57 en el draft 1999), el movimiento por Kawhi Leonard (nº 15 en el draft 2011) o el brillante futuro que seguro le espera a Kyle Anderson (nº 30 en el draft 2014) son algunos de los ejemplos de porque los Spurs siguen ganando después de tanto tiempo. La pescadilla que se muerde la cola. Si ganas, eliges tarde en el draft, por lo que se hace más difícil acertar. Y Popovich acierta.    

Y la historia amenaza con continuar. En un movimiento maestro, Popovich ha conseguido atraer este verano a San Antonio al uno de los agentes libres más cotizados disponibles, LaMarcus Aldridge, que decidió llevarse sus 23 puntos y 10 rebotes camino de Texas para compartir pintura con Duncan. Es muy probable que a Tim y a Manu (Tony Parker aunque parezca mentira aún tiene 33), les quede poco en el tanque. Bien. La pareja Leonard- Aldridge convierte automáticamente a los Spurs en candidatos a todo durante las próximas cinco temporadas. Asi funciona San Antonio. 


Por otro lado, el verano va a dejar otro regalo a los aficionados de los Spurs, este tal vez más inesperado. Después de rechazar una pasta, David West se dejaba seducir por la oportunidad de conseguir el ansiado anillo y firmaba por San Antonio. Otra de las consecuencias de ser un ganador: te da la oportunidad de que agentes libres veteranos aún muy aprovechables quieran jugar en tu equipo.  

Reconstruir lo que ya está construido y que además funciona. Popovich lo sabe. La NBA no para. Los movimientos no deben parar y más cuando tienes a tiro de piedra algo grande como LaMarcus o en menor medida David West. Popovich y los Spurs han sido por regla general poco activos en la agencia libre a lo largo de la historia. Manu Ginobili, Tim Duncan, Tony Parker y Kawhi Leonard solo han vestido la camiseta en la NBA la camiseta de la franquicia de Texas. No los busquen. No hay en la liga cuatro jugadores de la talla de los nombrados que compartan equipo y que jamás hayan jugado para otro. Los Spurs son especiales.

Cuando comience la temporada 2015-2016, San Antonio Spurs volverá a ser un serio candidato al anillo. Un quinteto con Tony Parker, Danny Green, Kawhi Leonard, LaMarcus Aldridge y Tim Duncan y un banquillo compuesto por Patty Mills, Ginobili, Kyle Anderson, Diaw, West y el gigante Marjanovic es más que suficiente para colocarles en el primer puesto en la parrilla de salida junto con los Warriors o los Cavs.

Los partidos y el tiempo pondrán a cada uno en su sitio, pero lo que no se puede negar es que San Antonio Spurs y Popovich han hecho otra vez un gran trabajo. 

sábado, 11 de julio de 2015

Locura y vértigo en Arizona

En una liga como la NBA, hay dos cosas muy complicadas de conquistar a nivel de equipo. La primera es conseguir que con el paso del tiempo el público te recuerde a pesar de no haber levantado el título a final de temporada y la segunda perfeccionar un estilo de juego hasta el punto emocionar y hacer vibrar al espectador. Los Phoenix Suns de Mike D´Antoni, Steve Nash y Amare Stoudamire maravillaron al mundo del baloncesto desde el primer día que se encontraron, allá por el año 2004, cuando Nash llega a Phoenix desde Dallas.  


Esta es, en cierto modo, una historia de protagonistas desacreditados y olvidados en la actualidad. Los tres actores principales de la película que nos ocupa tuvieron serios problemas una vez salieron de Phoenix, el lugar que les vio en el pleno éxtasis como jugadores y entrenador: Steve Nash tuvo problemas al alargar en exceso su carrera en Los Ángeles, Mike D´Antoni decepcionó como entrenador en sus siguientes aventuras y Amare Stoudamire, por culpa de las lesiones, perdió la alegría y electricidad en sus piernas que tan efectivo le había hecho. 


El run and gun, el corre y dispara es una ofensiva tan fácil de explicar como parece. Correr, correr y correr. Lanzar tan pronto como sea posible. Y anotar claro. Y eso fue lo que hizo Phoenix Suns desde 2004 hasta 2010. Las estadísticas son claras y hablan por  sí solas. De la temporada 2004- 2005 a la 2009-2010 solo en una de ellas Phoenix Suns no lideró la lista de equipos más anotadores. La confianza y acierto con la que desplegaban los jugadores la ofensiva de menos de siete segundos era digna de ver. Velocidad para desbordar las defensas rivales.  

Steve Nash fue sin ningún tipo de duda la pieza clave para los Suns durante estos años de locura y vértigo. Sus dos premios MVP (2005 y 2006) fueron el agradecimiento de la liga a una máxima que se perpetuó partido tras partido durante esas temporadas: daba gusto ver jugar a Steve. Su dominio del pick and roll, que con tanta maestría realizó con Amare durante las temporadas que coincidieron en Arizona, es lo primero que llamaba la atención de su juego. Los huecos imposibles que solo él veía a la hora de hacer un pase y que te hacían preguntarte: ¿Dónde narices estaba ese hueco? Pero lo verdaderamente especial es que Steve hacía que el pase sobre el que giraba la pregunta se renovara en cada ataque. Un continuo show sin final, acompañado de un tiro letal desde la larga y la media distancia que quedaba empañado por su capacidad para el pase. Una luz fija que brillaba en una época difícil para los armadores puros. 

El canadiense tuvo en su mejor socio a Amare Stoudamire, el chico que lo finalizaba todo, la bestia que hacía temblar los aros de las canchas NBA. Steve Nash le encontraba cuando ni siquiera le buscaba. El don que tienen los grandes jugadores. Amare supo aprovecharse de ello y forjo una fama de superestrella que tal vez no le pertenecía. Pero no se le puede negar a Stoudamire el hecho de que se convirtió en el mejor finalizador de la liga durante todos esos años.    

Conviene también dar su parte de crédito a un entrenador que en la actualidad carece de ello. Mike D´Antoni no ha tenido ni suerte ni acierto en los Knicks y en los Lakers, pero lo que construyó en los Suns junto con Steve Nash merece la pena ser recordado. Dio las riendas del equipo al base canadiense (el simple hecho de entregar las riendas de un equipo a un jugador no es fácil para un entrenador) y cargó las baterías de los jugadores de confianza para que cualquiera de ellos pudiera y se atreviera a tirar en situaciones cómodas. Su trabajo defensivo, como siempre, no fue el mejor pero merecía la pena ver cada jugada desde que un jugador de Phoenix cogía el rebote defensivo. Eran pequeños placeres que al final del partido te hacían sentir pleno.   

Shawn Marion, Boris Diaw, Raja Bell, Leandro Barbosa, Joe Johnson o Jason Richardson fueron algunas de las otras piezas necesarias e importantes para el éxito de los Suns de D´Antoni. Las piernas que podían seguir el ritmo impuesto por Nash y las manos que eran capaces de finalizar con acierto cualquier situación de contraataque.   


De la temporada 2003-2004 a la 2004-2005 todo cambió para los aficionados de los Suns. Tras un record de 29-53 en la 2003-2004 en la que lo único positivo fue la llegada al banquillo de D´Antoni, los Suns cosechaban más del doble de victorias yéndose hasta las 62 victorias en la 2004-2005, aprovechando la llegada de Nash, la explosión de Amare y las buenas temporadas de Joe Johnson o Shawn Marion. Phoenix tenía el campeonato de división y enfocaba los Playoffs con todas las expectativas hasta que en las finales de Conferencia se encontraban con la que iba a convertirse en su bestia negra en las siguientes temporadas, San Antonio Spurs, que acababa con las esperanzas con un contundente 4-1.

La época triunfal de la franquicia de Arizona había llegado y Phoenix Suns encaraba la temporada 2005-2006 con las expectativas por las nubes y la responsabilidad de hacerlo bien aunque ya sin la presencia de Joe Johnson. Phoenix conseguía otro título campeonato en su división y acababa con los Lakers (susto incluido) y los Clippers para plantarse en por segunda temporada consecutiva en las finales de Conferencia Oeste, esta vez para enfrentar a Dallas Mavericks. Esta vez era Dirk Nowitzki quien iba enterrar las opciones del equipo de D´Antoni.

Comenzaban las dudas. ¿Se podía levantar el título, conseguir un anillo, con el estilo de juego desenfadado que llevaba a cabo Phoenix Suns? Phoenix era el equipo más brillante de los últimos años en ataque pero el peor de la liga en defensa y eso parecía no tener solución.  

La temporada 2006-2007 ofrecía otra oportunidad al equipo de D´Antoni, pero el nudo y el desenlace fue desgraciadamente el mismo. Una buena Regular Season permitía a los Suns alzar el título de campeón de división con 61 victorias pero el destino les acabaría cruzando con los Spurs en semifinales de Conferencia Oeste. Y los Suns volvieron a recibir un gancho de derechas en el rostro por parte de Popovich y los suyos cayendo por 4-2 y dejando claro que San Antonio se había convertido en un equipo que se les daba especialmente mal.

Porque la relación Spurs- Suns no iba a concluir en ese punto. En la temporada siguiente volvían a cruzarse en Playoffs, esta vez en la primera ronda y el resultado iba a ser aún más traumático, 4-1 y la sensación de impotencia, de que no había nada que los Suns pudieran hacer para superar el escollo que San Antonio suponía cada temporada para ellos. La temporada 2007-2008 traía consigo además un sorprendente movimiento por lo que la incorporación de O´Neal, el pivot más dominante de los últimos tiempos suponía para el estilo de los Suns. 


Pero el mayor cambio en la estructura de los Suns iba a llegar en el verano de 2008. Mike D´Antoni dejaba de ser entrenador y Alvin Gentry asumía el mando. En una Conferencia Oeste cada vez más competitiva, 46 partidos ganados no iban a ser suficientes para amarrar los Playoffs. Con Gentry se perpetuaban los mismos problemas que bajo el mando de D´Antoni habían evitado un mayor éxito en Playoffs. La mala defensa hacía sombra a un ataque que seguía siendo uno de los mejores de la liga. 

Con Nash cumpliendo años irremediablemente y con Amare en problemas con las lesiones, los  Suns iban a encontrar una última oportunidad, tal vez la más inesperada, en la temporada 2009-2010, ya sin O´Neal en la plantilla. El destino les tenía reservado una pequeña venganza  frente a los Spurs en semifinales de conferencia. Un sorpresivo 4-0 les llevaba hasta las finales de conferencia por tercera vez en seis años. El rival esta vez iba a ser los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol. ¿El desenlace? Desgraciadamente para los Suns el peor posible: otra derrota, esta vez por 4-2 y la sensación de que se acababa una época. Amare Stoudamire abandonaba el barco y Phoenix Suns no volvería a pisar la tierra prometida de los Playoffs. 

Visto en perspectiva no es difícil adivinar el asunto que impidió a los Suns de D´Antoni y Nash visitar las finales de la NBA y ganar el anillo: la paupérrima defensa exhibida durante todos estos años le costó muy caro a la  franquicia de Arizona. Cuanto más se disparaban sus medias anotadoras, más lo hacían los puntos que recibían. ¿Se podía ganar así? En este caso, parece ser que no.  

De todas maneras, thanks for the memories.