lunes, 13 de julio de 2015

Reconstruyendo lo construido

Espero la temporada, más por curiosidad que por ganas, en la que San Antonio Spurs no sea un firme candidato a levantar el título en julio. Hace tiempo que perdí la cuenta de cuantas van ya. ¿10? ¿15? ¿20? Desde que Gregg Popovich asumiera el mando del equipo en 1996, 18 partidos después de iniciar la temporada regular, San Antonio se ha convertido en un reloj suizo, en un monstruo de precisión y fiabilidad que deja clara una cosa a sus rivales de conferencia: solo hay siete posiciones de Playoffs por las que luchar. La octava tiene nombre y apellido.


Más allá de lo increíble que es que solo en esa temporada inicial (incompleta para Pop) el equipo se perdiera Playoffs, llama la atención la capacidad que han tenido los Spurs de reinventarse en una liga en la que sí es complicado alcanzar el éxito, más lo es mantenerse en él.


Son de sobra conocidas las elecciones de draft de Pop que acaban convirtiéndose en jugadores claves en la consecución de campeonatos. Parker (nº 28 en el draft de 2001), Manu Ginobili (nº 57 en el draft 1999), el movimiento por Kawhi Leonard (nº 15 en el draft 2011) o el brillante futuro que seguro le espera a Kyle Anderson (nº 30 en el draft 2014) son algunos de los ejemplos de porque los Spurs siguen ganando después de tanto tiempo. La pescadilla que se muerde la cola. Si ganas, eliges tarde en el draft, por lo que se hace más difícil acertar. Y Popovich acierta.    

Y la historia amenaza con continuar. En un movimiento maestro, Popovich ha conseguido atraer este verano a San Antonio al uno de los agentes libres más cotizados disponibles, LaMarcus Aldridge, que decidió llevarse sus 23 puntos y 10 rebotes camino de Texas para compartir pintura con Duncan. Es muy probable que a Tim y a Manu (Tony Parker aunque parezca mentira aún tiene 33), les quede poco en el tanque. Bien. La pareja Leonard- Aldridge convierte automáticamente a los Spurs en candidatos a todo durante las próximas cinco temporadas. Asi funciona San Antonio. 


Por otro lado, el verano va a dejar otro regalo a los aficionados de los Spurs, este tal vez más inesperado. Después de rechazar una pasta, David West se dejaba seducir por la oportunidad de conseguir el ansiado anillo y firmaba por San Antonio. Otra de las consecuencias de ser un ganador: te da la oportunidad de que agentes libres veteranos aún muy aprovechables quieran jugar en tu equipo.  

Reconstruir lo que ya está construido y que además funciona. Popovich lo sabe. La NBA no para. Los movimientos no deben parar y más cuando tienes a tiro de piedra algo grande como LaMarcus o en menor medida David West. Popovich y los Spurs han sido por regla general poco activos en la agencia libre a lo largo de la historia. Manu Ginobili, Tim Duncan, Tony Parker y Kawhi Leonard solo han vestido la camiseta en la NBA la camiseta de la franquicia de Texas. No los busquen. No hay en la liga cuatro jugadores de la talla de los nombrados que compartan equipo y que jamás hayan jugado para otro. Los Spurs son especiales.

Cuando comience la temporada 2015-2016, San Antonio Spurs volverá a ser un serio candidato al anillo. Un quinteto con Tony Parker, Danny Green, Kawhi Leonard, LaMarcus Aldridge y Tim Duncan y un banquillo compuesto por Patty Mills, Ginobili, Kyle Anderson, Diaw, West y el gigante Marjanovic es más que suficiente para colocarles en el primer puesto en la parrilla de salida junto con los Warriors o los Cavs.

Los partidos y el tiempo pondrán a cada uno en su sitio, pero lo que no se puede negar es que San Antonio Spurs y Popovich han hecho otra vez un gran trabajo. 

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