La andadura de los Cavaliers
en los Playoffs de la NBA se ilustra de manera perfecta con la mítica frase del
entrenador de fútbol Luis Aragonés: “Ganar y ganar y volver a ganar”. 4-0
a Detroit Pistons y 4-0 a Atlanta Hawks para plantarse en las Finales de la
Conferencia Este.
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Luis Aragonés |
Difícil predecirlo después
de una temporada regular que incluyó un cambio de entrenador nada tranquilo
(adiós David Blatt y hola Tyronn Lue), faltas de respeto de jugadores al
entrenador en pleno partido y rumores y comentarios sobre la supuesta poca
actitud de LeBron James en algún momento de la temporada. Ese ha fue el amargo
menú del equipo durante los 82 partidos que definen las posiciones de
postemporada.
Pero han llegado los
Playoffs y los Cavaliers han dejado de comer en el Burger King y se están poniendo
las botas en El Celler de Can Roca (si es que allí te puedes poner las botas,
que no tengo ni idea). Ocho partidos y ni una sola derrota. Ni un atisbo de
duda en el equipo.
Por encima de las
victorias, lo que ilusiona a los seguidores de Cleveland Cavaliers son las
sensaciones. Los Cavs, después de ser un equipo bueno, pero no espectacular, a
la ofensiva durante la temporada regular, parecen incapaces de fallar un tiro
en estos Playoffs, sobre todo si de larga distancia se trata. No han bajado de
los 100 puntos en ninguno de sus ocho partidos de Playoffs y están promediando
107.8 puntos por partido, cuando sus promedios de Regular Season se situaban en
104.3.
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LeBron James |
El acierto en el triple está
siendo la principal amenaza ofensiva del equipo, más allá de la siempre
eficiente presencia de LeBron James. La orgia del triple. El acierto en la
serie contra los Hawks ha sido una cosa de locos. 77 tiros de tres puntos en
apenas cuatro partidos y un record hecho trizas por el camino. Kevin Love,
Channing Frye, JR Smith, Kyrie Irving… todos han estado a nivel extraterrestre
en alguno de los partidos de la serie. Pero lo más impresionante es descubrir
quien tenía la anterior marca de más triples convertidos en una serie.
Pertenecía a los propios Cavaliers, esta vez en primera ronda contra los
Pistons, cuando se fueron hasta los 44 en otra serie que acabó con barrida.
Los Cavaliers son un equipo
repleto de confianza y que está jugando al máximo nivel en el momento adecuado.
La maquinaria está engrasada a la perfección, tanto que poco importa si el
entrenador se llama Tyronn Lue o Pepe. Ven el aro como una piscina olímpica y
ante eso se puede hacer muy poco.
La cosa es tan seria que últimamente
me parece hasta buena idea la reconversión dramática a la que Kevin Love ha
sido sometido: en la serie contra los Hawks ha tirado más de tres que de dos. Con
el dolor en el corazón que me provocaba verlo.
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Kevin Love |
LeBron James sigue siendo el
Rey del Este y lo está volviendo a demostrar. Sin grandes exhibiciones continúa
dominando el juego con puño de hierro. A Love y LeBron hay que añadir el dulce
momento de Kyrie Irving, la sangre caliente siempre dispuesta de JR Smith, la veteranía
y acierto de Frye, la intensidad de Iman Shumpert o la capacidad de bajar
rebotes de Tristan Thompson. Y aún sin aparecer el factor X Dellavedova. Equipazo.
¿Qué consecuencias pueden
tener el momentum y las dos barridas de Cleveland Cavaliers a la hora de
definir el campeón de la NBA?
Si nos hubieran preguntado a
inicios de Playoffs que tenían que hacer los Cavaliers para maximizar sus
opciones de victoria contra las bestias de la Conferencia Oeste (principalmente
Warriors y Spurs), la mayoría hubiéramos contestado: “Ganar y descansar lo más que puedan en su andadura por el Este”. El
guion se está cumpliendo y, por supuesto, las opciones de ver el primer anillo
de LeBron con los Cavaliers crecen con cada victoria y cada día de descanso.
Mientras los Spurs pelean a
muerte con Oklahoma City Thunder y los Warriors padecen, aunque no demasiado,
la baja de Stephen Curry por lesión, los Cavaliers descansan y fijan su
objetivo en vencer al ganador de la serie que sigue enfrentando a los Raptors y
a Miami Heat y que promete extenderse por algún tiempo más. Para más inri, los
aspirantes a romper la hegemonía de LeBron en el Este han sufrido lesiones en
sus hombres grandes, Valanciunas y Whiteside. El balón y la cancha dirán, pero
suena a camino de rosas para los de Ohio.
Por otra parte, lo que
acontezca en la Conferencia Oeste a partir de ahora tiene visos de ser seguramente
más duro para sus protagonistas que lo que tenga reservado la Conferencia Este,
sobre todo si el equipo de Lue es capaz de mantener el nivel exhibido en las
dos primeras rondas. Unas finales de conferencia entre Warriors (lo siento por
los fans de los Blazers pero no veo opciones) y cualquiera de los otros dos
equipos semifinalistas será poco menos que la III Guerra Mundial. No hay dudas,
el desgaste mental y físico será brutal y de ello intentarán aprovecharse los
Cavs en unas hipotéticas finales.
Lo que está claro es que los
Playoffs están al rojo vivo y solo tenemos que tener un poco de paciencia para
comprobar si LeBron consigue de una vez por todas el que parece se ha
convertido en el objetivo colectivo de su vida: ganar un anillo con Cleveland
Cavaliers. Esta temporada, la que a priori parecía más complicado, puede
resultar ser la buena al fin.
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