lunes, 9 de mayo de 2016

Ganar y ganar y volver a ganar

La andadura de los Cavaliers en los Playoffs de la NBA se ilustra de manera perfecta con la mítica frase del entrenador de fútbol Luis Aragonés: “Ganar y ganar y volver a ganar”. 4-0 a Detroit Pistons y 4-0 a Atlanta Hawks para plantarse en las Finales de la Conferencia Este.

Luis Aragonés
Difícil predecirlo después de una temporada regular que incluyó un cambio de entrenador nada tranquilo (adiós David Blatt y hola Tyronn Lue), faltas de respeto de jugadores al entrenador en pleno partido y rumores y comentarios sobre la supuesta poca actitud de LeBron James en algún momento de la temporada. Ese ha fue el amargo menú del equipo durante los 82 partidos que definen las posiciones de postemporada.  

Pero han llegado los Playoffs y los Cavaliers han dejado de comer en el Burger King y se están poniendo las botas en El Celler de Can Roca (si es que allí te puedes poner las botas, que no tengo ni idea). Ocho partidos y ni una sola derrota. Ni un atisbo de duda en el equipo.   

Por encima de las victorias, lo que ilusiona a los seguidores de Cleveland Cavaliers son las sensaciones. Los Cavs, después de ser un equipo bueno, pero no espectacular, a la ofensiva durante la temporada regular, parecen incapaces de fallar un tiro en estos Playoffs, sobre todo si de larga distancia se trata. No han bajado de los 100 puntos en ninguno de sus ocho partidos de Playoffs y están promediando 107.8 puntos por partido, cuando sus promedios de Regular Season se situaban en 104.3.

LeBron James
El acierto en el triple está siendo la principal amenaza ofensiva del equipo, más allá de la siempre eficiente presencia de LeBron James. La orgia del triple. El acierto en la serie contra los Hawks ha sido una cosa de locos. 77 tiros de tres puntos en apenas cuatro partidos y un record hecho trizas por el camino. Kevin Love, Channing Frye, JR Smith, Kyrie Irving… todos han estado a nivel extraterrestre en alguno de los partidos de la serie. Pero lo más impresionante es descubrir quien tenía la anterior marca de más triples convertidos en una serie. Pertenecía a los propios Cavaliers, esta vez en primera ronda contra los Pistons, cuando se fueron hasta los 44 en otra serie que acabó con barrida.

Los Cavaliers son un equipo repleto de confianza y que está jugando al máximo nivel en el momento adecuado. La maquinaria está engrasada a la perfección, tanto que poco importa si el entrenador se llama Tyronn Lue o Pepe. Ven el aro como una piscina olímpica y ante eso se puede hacer muy poco.  

La cosa es tan seria que últimamente me parece hasta buena idea la reconversión dramática a la que Kevin Love ha sido sometido: en la serie contra los Hawks ha tirado más de tres que de dos. Con el dolor en el corazón que me provocaba verlo.

Kevin Love
LeBron James sigue siendo el Rey del Este y lo está volviendo a demostrar. Sin grandes exhibiciones continúa dominando el juego con puño de hierro. A Love y LeBron hay que añadir el dulce momento de Kyrie Irving, la sangre caliente siempre dispuesta de JR Smith, la veteranía y acierto de Frye, la intensidad de Iman Shumpert o la capacidad de bajar rebotes de Tristan Thompson. Y aún sin aparecer el factor X Dellavedova. Equipazo.   

¿Qué consecuencias pueden tener el momentum y las dos barridas de Cleveland Cavaliers a la hora de definir el campeón de la NBA?  

Si nos hubieran preguntado a inicios de Playoffs que tenían que hacer los Cavaliers para maximizar sus opciones de victoria contra las bestias de la Conferencia Oeste (principalmente Warriors y Spurs), la mayoría hubiéramos contestado: “Ganar y descansar lo más que puedan en su andadura por el Este”. El guion se está cumpliendo y, por supuesto, las opciones de ver el primer anillo de LeBron con los Cavaliers crecen con cada victoria y cada día de descanso.   

Mientras los Spurs pelean a muerte con Oklahoma City Thunder y los Warriors padecen, aunque no demasiado, la baja de Stephen Curry por lesión, los Cavaliers descansan y fijan su objetivo en vencer al ganador de la serie que sigue enfrentando a los Raptors y a Miami Heat y que promete extenderse por algún tiempo más. Para más inri, los aspirantes a romper la hegemonía de LeBron en el Este han sufrido lesiones en sus hombres grandes, Valanciunas y Whiteside. El balón y la cancha dirán, pero suena a camino de rosas para los de Ohio.   

Por otra parte, lo que acontezca en la Conferencia Oeste a partir de ahora tiene visos de ser seguramente más duro para sus protagonistas que lo que tenga reservado la Conferencia Este, sobre todo si el equipo de Lue es capaz de mantener el nivel exhibido en las dos primeras rondas. Unas finales de conferencia entre Warriors (lo siento por los fans de los Blazers pero no veo opciones) y cualquiera de los otros dos equipos semifinalistas será poco menos que la III Guerra Mundial. No hay dudas, el desgaste mental y físico será brutal y de ello intentarán aprovecharse los Cavs en unas hipotéticas finales.  


Lo que está claro es que los Playoffs están al rojo vivo y solo tenemos que tener un poco de paciencia para comprobar si LeBron consigue de una vez por todas el que parece se ha convertido en el objetivo colectivo de su vida: ganar un anillo con Cleveland Cavaliers. Esta temporada, la que a priori parecía más complicado, puede resultar ser la buena al fin.    

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