domingo, 29 de mayo de 2016

Tiempo de reflexión

El Atlético de Madrid volvió a caer con crueldad en una final de la Champions. Y van tres. Partido de desempate, prórroga y penaltis. Lo bueno, si queremos ser optimistas, es que se acaban los posibles guiones de película de terror para futuras finales. Ya no puede pasar nada más, así que podemos estar relativamente tranquilos; a la cuarta irá la vencida.

Simeone
Además, y como las tristezas nunca vienen solas, Simeone sembraba dudas sobre su futuro en la rueda de prensa tras el partido. Si tiene que pensar él, empezamos a temblar todos. Personalmente no creo que Simeone se vaya a marchar. A la evidente unión mística que tiene con el club y su afición hay que sumar la escasez de oportunidades de calidad que se le presentarían a la hora de comenzar un nuevo proyecto. Creo que hay Cholo para rato en el Atleti.

Lo que si se me hace necesario, por encima de cualquier otra cosa, es abrir un periodo de reflexión en club (directiva, jugadores, cuerpo técnico) y afición. Es momento de pensar de dónde venimos, en qué lugar estamos y a dónde vamos y queremos ir.   

El Atleti ha pasado de ser un Minardi a un Ferrari en cuestión de escasos años. Como no hay mejor forma de ilustrarlo que sacar a relucir plantillas, haremos un ejercicio y nos transportaremos a hace diez años con Bianchi iniciando la temporada en el banquillo colchonero. El once inicial de aquella temporada (y de verdad que no es mi intención menospreciar a quien lo dio todo por la rojiblanca) era: Leo Franco; Velasco, Antonio Lopez, Pablo, Perea; Luccin, Gabi, Maxi, Petrov; Kezman y Torres.   

Décimos en liga. Y supongo que deberíamos dar las gracias por dicho resultado.

Años duros en los que el equipo vagaba por la competición, en la que antaño había sido grande, sin un ápice de identidad y sin un mínimo de competitividad. Años en los que lo más interesante era ver a la ´doble P` en defensa (no me lo podéis negar) y al búlgaro Martin Petrov por la banda poniendo bananitas para que remataran los delanteros. Años en los que Europa no era tan siquiera ni un sueño. Años que nunca jamás debemos olvidar, porque dan mucho más valor a lo que estamos viviendo ahora.

La doble P
A partir de ahí y a pesar de las reticencias del club (más tarde explicaré este punto) las cosas comenzaron a ir a mejor. Kun, Forlán, Godín, Tiago, Koke, un entrenador medianamente serio en la figura del vasco Aguirre… La semilla estaba puesta. Pero el club la tenía que regar. Y a veces se le olvidó o no quiso hacerlo.

Las ventas de jugadores importantes sin un relevo de garantías y solo con el objetivo de hacer caja y el fichaje de Gregorio Manzano para su segunda etapa como entrenador fueron dos pisotones a una planta que había empezado a florecer y que empezaba a dar sus primeros frutos con algún título europeo. Pero al equipo aún se le veía cojo de identidad y continuidad y aquella temporada 2011-2012 amenazaba con ser el cianuro que destruyera todo y que obligara a volver a empezar.    

Y llegó el Cholo desde Argentina. Y el Atleti que había nacido débil e inseguro creció hasta convertirse de nuevo en Atlético de Madrid. Se sacó el DNI. Y, por supuesto, el pasaporte. Para viajar por Europa de manera más regular y para visitar los mejores campos.  

Durante estos años que Simeone ha sido entrenador del Atlético de Madrid lo menos importante han sido los títulos. Obviamente han sido la máxima expresión de alegría para unos seguidores muy necesitados y el fruto del trabajo bien hecho por todos, pero hay varias cosas con la que quedarse antes: lo primero, sin dudas, es la unión creada entre el equipo, la afición y el entrenador. Lo segundo qué, desde su llegada, el equipo ha sido competitivo en cada uno de los partidos que ha disputado y ha mantenido, con todos los cambios de jugadores incluidos, una identidad. Lo tercero, y no menos importante, el club, a pesar de seguir vendiendo, ha puesto dinero para fichajes cada verano.

El resultado ha sido encontrarnos con uno de los mejores Atlético de Madrid de la historia, capaz de enfrentarse, con sus armas y aunque sea mediante milagros, a los grandes campeones europeos. Barcelona, Bayern Múnich, Chelsea o Real Madrid le han sufrido en presentes temporadas. Joder, voy a escribir esto en mayúsculas, porque lo merece: EL ATLÉTICO HA PASADO DE SER DÉCIMO EN LIGA, A JUGAR LA FINAL DE LA UEFA CON EL FULHAM, A JUGAR DOS FINALES DE LA CHAMPIONS CONTRA EL MADRID. En diez años. Si alguien no ve que este sea el camino, yo le acompaño al oculista.

Y ese es el lugar que ocupa ahora mismo el equipo de la Ribera del Manzanares: entre los grandes de Europa. No hay mejor triunfo que ese. Y cuando se pase el regusto amargo de la derrota de ayer, seguro que somos capaces de disfrutarlo.  

Llegados a este punto es el club quien debe tomar la responsabilidad de cara al futuro. Que el Atlético de Madrid no tiene el dinero de Real Madrid, Barcelona o Bayern Múnich es un hecho. ¿Qué armas puede utilizar el Atlético de Madrid para paliar este problema? Desde luego, darle continuidad al proyecto sería un excelente inicio. El equipo es joven y por lo tanto tiene un gran futuro por delante. Ya se levantaron una vez y no tengo duda de que lo volverán a hacer. Segundo, seguir poniendo dinero para reforzar al equipo, tanto el once titular como el banquillo. Cada temporada es un mundo, pero el Atlético ha sacado 24 puntos este año al cuarto clasificado. La tercera posición debe seguir siendo un deber sin, por supuesto, dejar de lado la opción de soñar con algo más.

Llegados a este punto, club, afición y jugadores deben tener grabadas en su mente y a fuego dos palabras: continuidad e identidad.  


*Es hora de limpiar las lágrimas y hacerle saber al equipo lo orgullosos que estamos de ellos. Tios que se dejan los huevos cada vez que saltan al campo, para jugar 90 minutos o para jugar 3. A todos. A los tios que han sentido la camiseta desde el primer momento que pisaron el Calderón, a los que nacieron con la rojiblanca puesta y a los que están aquí simplemente trabajando. Porque todos cumplen y todos nos hacen sentir orgullosos. Y si, otro año será. Porque no hay mal que cien años dure. Y este no va a ser el primero.* 

*El odio que le profesan los seguidores de equipos contrarios a Simeone es la mejor muestra de que es el mejor entrenador posible para el Atlético. Uno de los nuestros.*         

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