Suena duro hablar en estos
términos de un jugador de 25 años, pero no es exagerado pensar en que la nueva
etapa de Lance Stephenson en Memphis supone su última oportunidad para
convertirse en un jugador importante en la NBA, algo para lo que está
totalmente capacitado.
Y es duro porque hace bien
poco, durante toda la temporada 2013-2014, estábamos hablando de Lance como una
de las sensaciones de la liga. Parece que haya pasado una década, pero no hay
que echar la vista muy atrás para recordar y paladear con los Pacers de Paul
George, Roy Hibbert (otro del que merecería la pena hablar un día) y Lance
Stephenson, con sus virtudes y sus inolvidables historias.
Aquella 2013-2014, fue la
temporada en la que aprendimos a valorarle. Porque Lance Stephenson no
pertenece al grupo de jugadores normales. A su impresionante lista de
cualidades añade muchísimas veces unos comportamientos cuanto menos un tanto
peculiares, cuando ha tenido la oportunidad de jugar, claro. Incluso comportamientos
desestabilizadores para su propio equipo. Un soplido en la oreja del Rey por
aquí, enfrentamientos en los que saltan chispas con Dwyane Wade… DE TODO.
Tras una temporada con 5
triples- dobles, máximo en toda la NBA, promedios de 13.8 puntos, 7.2 rebotes y
4.6 asistencias por partido y con un porcentaje de acierto de 49.1% en tiros de
campo, comenzó el declive para el base- escolta- alero de Brooklyn con el fin
de su etapa en Indiana Pacers.
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Lance Stephenson/ USATSI |
Sin química con Kemba
Su llegada a los Hornets fue
ilusionante para la franquicia de Charlotte, pero ni mucho menos funcionaron
las cosas como se esperaba. A pesar de que a nivel de números, Lance no tuvo un
año desastroso, la falta de química con la estrella del equipo, Kemba Walker, sus
recurrentes problemas físicos y un horrible año en cuanto a porcentaje de
acierto en el tiro exterior fueron los detonantes del fracaso.
La que iba a ser la
temporada de su explosión definitiva se convirtió en todo lo contrario y Lance
perdió el status que había ganado la temporada anterior.
El propio Stephenson lo
explicaba así para Bleacher Report después de ser traspasado a los Clippers: “Simplemente no funcionó. Sentía como que
Kemba y yo hacíamos el mismo tipo de cosas y simplemente no hizo click. Kemba
es como yo pero más pequeño. El domina el balón y es un creador del juego.
Además, mi tiro en salto no estaba entrando, así que fue una temporada muy
dura. También tenía lesiones en el dedo del pie y en la ingle. Fue incluso peor
que en mi año de novato, cuando prácticamente no jugué. Yo estaba mentalmente
abajo. Yo estaba intentado averiguar que podía hacer para poder ayudar a este
equipo”.
Lo dicho. No funcionó y no
estuvo siquiera cerca.
¿Qué pasó en los Clippers?
Los huesos de Lance
Stephenson acabaron en verano en un contender, los Clippers, empeñados en
conseguir el anillo o al menos en avanzar más en Playoffs. Su primera
experiencia en el Oeste iba a ser en un equipo de tronío. CP3, Blake Griffin,
DeAndre Jordan, Paul Pierce, JJ Reddick, Josh Smith, Doc Rivers en el
banquillo… Mucho. Tal vez demasiado. Tal vez, sin hueco para Lance Stephenson.
Doc Rivers asumía la
responsabilidad de acoplar en un equipo bastante estructurado a Lance
Stephenson y a Josh Smith. Casi nada al aparato. Agua. Jamás encontró sitio
para ellos y ambos han acabado fuera de la franquicia antes de llegar al
territorio más comprometido de la temporada, cuando el balón arde.
La relación Lance
Stephenson- Doc Rivers se resume así para el jugador: 43 partidos disputados,
con apenas 10 titularidades y unos escasos 15 minutos por partido fueron la
cosecha del de Brooklyn en sus meses en Los Angeles. Escasa producción para
unas capacidades que algunos, viendo el panorama, ya se atrevían a poner en
duda.
La última bala
Grizzlies y Lance
Stephenson. Lance Stephenson y Grizzlies. Por lo visto hasta ahora, el
movimiento que acabó con el de Brooklyn en Memphis ha resultado muy positivo
para ambas partes. Después de sus dos sonoros fracasos en Charlotte y en los
Clippers, Lance Stephenson ha llegado a un equipo que se ha convertido en
noticia por la cantidad de jugadores “especiales” que ha reunido en sus filas
después de los últimos movimientos: Chris Andersen, Zach Randolph, Matt Barnes,
PJ Hairston, Tony Allen, Mario Chalmers… una de las historias de la temporada.
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Lance Stephenson |
Pensándolo bien y viendo la
nómina de jugadores, no sé cómo pudimos llegar a pensar en que los Grizzlies se
iban a rendir esta temporada después de la lesión de Marc Gasol y del traspaso
de Jeff Green. La competitividad y la mala ostia corren por las venas de estos
chicos.
De momento es este entorno y
el coach Joerger los que han conseguido sacar lo mejor de él en la última
temporada y media.
Saliendo desde el banquillo
en todos los partidos que ha disputado con la franquicia de Tennessee, 9 hasta
ahora, parece que Lance ha encontrado su lugar en el mundo baloncestístico.
Buenos números (13 puntos por partido con un destacado 52% en tiros de campo en
9 encuentros) y, sobre todo, algo mucho más importante: ACTITUD y CONFIANZA.
Stephenson vuelve a
disfrutar y desequilibrar en la cancha. Encara en 1 Vs 1 con éxito y descaro (incluso se ha
atrevido con LeBron James), ha asumido el liderazgo de la segunda unidad y
además parece profundamente identificado con el equipo y sus compañeros. En
unos Grizzlies que ni mucho menos se han caído después de la lesión de Marc
Gasol, él es la mejor noticia.
El camino por recorrer parece
largo y Lance apenas ha dado unos pasos. Pero, 1: los ha dado, 2: parecen
seguros y 3: parece que tendrán continuidad.
Ojalá. El mundo del baloncesto es mejor con “Born Ready”.
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