domingo, 28 de febrero de 2016

Si te mantiene despierto, es arte


A ciertas horas de la noche la vista se nubla, los parpados empiezan a caer y la cama ejerce una fuerza gravitatoria casi imposible de salvar.
Stephen Curry
Todos los que hemos visto NBA a altas horas de la madrugada conocemos esa sensación. No pasa siempre, pero pasa. Eso sí, cuando ocurre lo contrario, que un partido te tiene en vilo hasta el final del mismo, es la sensación más maravillosa del mundo, aunque luego te cueste dormirte más de lo debido.

Y es lo que me ocurrió anoche a mí, y me atrevo a decir que a todos, con el partido entre Golden State y OKC y con la exhibición histórica de Stephen Curry.  

Porque a veces uno se atreve a pensar que ya lo ha visto todo. Pero no. Llega Curry y te provoca sensaciones y sentimientos nuevos. Te hace levantarte del sofá, te provoca un escalofrío en el cuerpo, no puedes evitar llevarte las manos a la cabeza y, desde luego, si fueran horas más decentes, los gritos serían inevitables.  Y eso solo te lo provocan los genios.  

Este domingo por la mañana lo he escrito en twitter y lo repito en este pequeño artículo: mido lo que pasó anoche con Stephen Curry en el Warriors- OKC por la necesidad que tuve de contarlo a otras personas; a amigos anoche antes de irme a dormir y a mi padre esta mañana.

Porque Stephen Curry te hace amar el baloncesto y que los demás también lo hagan. Machaca todos los cánones de lo que entendemos como un buen tiro. Lo ejecuta desde distancias imposibles, con un defensor en la cara y con el cuerpo en una posición cuanto menos dudosa. Y la mete. Una detrás de otra. Es una locura, pero es lo que hace. En su maravilloso partido contra OKC tenemos ejemplo para cada una de las tres situaciones.
Stephen Curry

Define el partido desde 9 metros, no por imperiosa necesidad de ejecutar el tiro, pues tenía espacio y tiempo para seguir avanzando. Lo define desde los 9 metros porque está a gusto tirando desde los 9 metros, de locos ¿verdad?

Con 93-98 en el marcador a favor de OKC, Curry cruza la mitad de la cancha botando. Draymond Green bloquea al defensor de Klay Thompson cerca del tiro libre y este amaga con hacer lo propio con el de Curry. Westbrook se despista una décima preparándose para un bloqueo que nunca llega. A Curry no le hace falta más. 8 metros, pies a diferentes alturas y bombazo. Y a ver como defiendes eso.  

El último ejemplo. Curry en fuego después de haber anotado dos triples consecutivos. Steven Adams (que no es precisamente pequeño) enfrente en un extremo de la cancha. ¿Qué importa? Arriba, adentro y baile para celebrar.    

Parece pronto para establecer los límites de Curry. Anoche batió su propio record de triples en una temporada cuando aún quedan 24 partidos. También igualó los 12 triples en un partido de Bryant y Marshall, y parece cuestión de tiempo que lo supere. Una puta locura.

Con 27 años en el carné de identidad y con la etiqueta de mejor jugador del mundo más que merecida, solo el tiempo dirá dónde colocar a Curry en la historia. Para lo que no hay que esperar ni un solo segundo más es para afirmar que jamás hemos visto nada parecido al estilo de juego Curry.

Y al menos por eso, ya será recordado.  

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