lunes, 17 de marzo de 2014

´Los Bad Boys del siglo XXI`

Welcome 2 Detroit rapeaba Eminem con la banda Trick Trick en el año 2005. El hogar del rapero blanco más conocido de todos los tiempos ha sido siempre una ciudad de contrastes. Peces gordos de la industria del automóvil que crearon sus empresas en Michigan y luchadores obreros peleando por mejorar sus condiciones han convivido desde que Detroit se convirtió en la Motor City en los inicios del siglo pasado. La creación de tres grandes empresas como Ford, General Motors y Chrysler supuso un empujón a la economía y a la demografía de la ciudad, que pasó a ser una de las más pobladas del país. Aunque todo se torció a partir de los 60 cuando empezó a experimentar un descenso poblacional que acabaría desembocando en una pérdida del 60% de su población a día de hoy. Pero Detroit ha tenido apodos menos halagadores que el de Motor City. Bastante menos. Durante años fue calificada como la Capital de los Incendios, y ha sido clasificada como una de las ciudades más peligrosas de todo Estados Unidos a medida que su población iba disminuyendo y las casas iban quedando abandonadas a merced de rateros y camellos. A partir de 2008 la ciudad cayó en un pozo aún más profundo por la crisis económica e incluso tuvo que declararse en banca rota.  



Detroit es la casa de los Pistons desde 1957. Una franquicia que ha sido campeona de la NBA en tres ocasiones (1989, 1990 y 2004) y que tiene a sus espaldas una maravillosa y prolífica historia. Mark Aguirre, Dave Bing, Joe Dumars, Bill Laimbeer, Bob Lanier, John Salley o Isaiah Thomas. La lista de grandísimos jugadores que han pasado por la Motor City es interminable. Notará el ávido lector que en mi relación anterior de nombres no he tocado el inicio del siglo XXI. Y de momento no lo haré porque merece la pena remarcar al equipo que hizo por primera vez campeones a los Pistons. Los Pistons se hicieron con el título NBA en dos temporadas consecutivas y dejando un sello  inconfundible con Chuck Daly en el banquillo y Laimbeer, Isaiah Thomas o Mark Aguirre en la cancha. Los ´Bad Boys`. Como salidos de las mismas calles de Detroit fueron a la guerra durante 5 temporadas consecutivas en las que levantaron dos títulos y tal vez solo Michael Jordan logró separarlos del tercero. Un equipo mítico que tuvo su pequeña reencarnación a principios del siglo XXI con Larry Brown bajo los mandos.     

Tim Duncan, Kobe Bryant y el O´Neal bueno. Supongo que no hay respuestas muy diferentes si pregunto cuáles han sido los primeros tres grandes jugadores de principios del siglo XXI. ¿Y si hacemos la misma pregunta hablando de equipos? Los Angeles Lakers. San Antonio Spurs. Y si, Detroit Pistons. Billups, Hamilton, Prince, Wallace y Big Ben. Historia, pura historia. Los equipos suelen ser grandes en tanto en cuanto uno se acuerda de ellos y ese quinteto está marcado a fuego en las mentes y las retinas de los seguidores a la NBA. Pero antes de lograr el campeonato, el equipo tenía una línea ascendente con el debutante Rick Carslisle en el puesto de entrenador y con el ya retirado Joe Dumars en el puesto de Presidente de Operaciones. En las dos temporadas que estuvo en el cargo repitió balance positivo. 50-32. Habían nacido los ´Bad Boys del siglo XXI`. En su segunda y última temporada como entrenador en jefe, el equipo fue la mejor defensa de toda la liga, cuando solo dos años antes había sido uno de los equipos que más puntos había recibido. Eso sí, perdió las finales de conferencia con los New Jersey Nets de Jason Kidd.   A pesar de la buena temporada de Detroit, no fue suficiente para que Carslisle continuase en el cargo y aterrizo en los Pistons el veterano Larry Brown que venía de “pelearse” con Allen Iverson en Philadelphia. La estructura del equipo campeón ya estaba hecha con Billups, Hamilton, Prince y Ben Wallace y además llegaba un entrenador experimentado y probado.



Ese mismo verano se produjo el error de elegir a Milicic en el draft. Y no en uno cualquiera, sino en el considerado como uno de los mejores de la historia. En un draft donde fueron elegidos por detrás de Milicic jugadores como Dwyane Wade, Carmelo Anthony o Chris Bosh los Pistons se decantaron en el número 2 por la promesa europea que desgraciadamente se quedó en eso. Promesa. En ningún momento llegó a ser lo que Detroit esperaba de él y Larry Brown declaró: "Darko Milicic se cree Toni Kukoc. Yo quiero que juegue como Bill Russell, pero no sabe quién es. Igual cree que es un rapero". Nadie duda de que era una selección complicada para ellos. Tenían cubiertas todas las posiciones pero eligieron la peor decisión de todas. Por suerte para ellos y para Joe Dumars en particular este grandísimo error pasó desapercibido porque el equipo siguió siendo competitivo y ganador.

La temporada deportivamente hablando fue perfecta. Con un record de 54-28, Detroit asentó una identidad que recordó a los Pistons campeones de dos anillos. Además a mediados de temporada llegó la guinda al pastel que fue Rasheed Wallace, quien jugó aquella temporada en tres equipos (Portland, Atlanta y Detroit) y que por suerte para él acabó en el campeón. Para la anécdota queda que Wallace fue el primer jugador de la historia en anotar veinte puntos con 3 equipos diferentes en una misma temporada. Defensa asfixiante, agresiva, casi violenta que ahogaba a sus rivales que se veían impotentes ante la fuerza de Ben Wallace, la agresividad de Rasheed, la inteligencia de Billups y Hamilton o la versatilidad de Prince. Solo tuvieron un momento crítico en la temporada cuando encadenaron nueve derrotas en diez partidos con el All- Star de por medio. A partir de ahí Detroit tuvo un balance de 20-4 que le confirmaba como un equipo a temer en los Playoffs. En las series por el título no tuvieron un camino ni mucho menos fácil a partir de las semifinales de Conferencia. En ellas fueron capaces de vencer a los vigentes campeones del Este, los Nets en 7 partidos (milagro Billups mediante) y a los Pacers entrenados por su ex entrenador Carslisle en seis partidos. Llegaron a la final de la liga frente a los todopoderosos Lakers de principios de siglo reforzados además con Karl Malone y Gary Payton que buscaban una última oportunidad de ser felices consiguiendo su anillo en Los Angeles. Los Lakers partían favoritos pero Detroit consiguió vencer en cinco partidos. Los Lakers anotaron en las cuatro derrotas 75, 68, 80 y 87 puntos lo que da una idea del tipo de defensa que desplegaron los ´Bad Boys` en la final. La única alegría que se pudieron dar los angelinos fue en el segundo partido de las finales en las que Kobe tuvo que forzar la prorroga haciendo magia con un triple en el que Rip Hamilton le tapó la vista con una maravillosa defensa. A partir de ese partido todo fue rodado para los Pistons en las finales y se convirtieron campeones y eternos. Billups fue coronado MVP y Larry Brown subido a los altares.

Después del anillo, los Pistons siguieron siendo un equipo aspirante al anillo. De hecho en la temporada siguiente volvieron a las finales de la NBA a defender su anillo pero San Antonio y Robert Horry impidieron repetir la historia de los Bad Boys originales. También tuvieron momentos bochornosos como aquella mítica pelea en su pabellón contra los Pacers y especialmente Ron Ron. Sin embargo, nadie le negará a este equipo que forma parte de la historia del baloncesto.  






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