Indiana cuatro derrotas consecutivas. Miami tres. OKC dos.
No, no es baloncesto ciencia ficción ni acabo de apagar la Play. Es la realidad en la que viven tres de los
cuatro mejores equipos de la NBA está temporada. El cuarto, San Antonio, sonríe
convencidos de que como casi siempre estarán en la pelea y disfrutando de que
sus rivales se empiecen a sumergir en un mar de dudas del que habrá que ver
como salen a estas alturas de temporada.
Indiana Pacers tiene varios problemas, algunos clásicos y
otros realmente sorprendentes. El equipo dirigido por Frank Vogel siempre ha
tenido serias dificultades en la circulación de balón en ataque. El equipo está
colocado el 27 en asistencias por partido y el 20 en puntos por partido, algo
no muy habitual en las franquicias que tienen tan buen record como los Pacers. El problema empieza porque su base titular, George
Hill es un excelente defensor pero no puede estar más lejos de ser un buen catalizador
del juego. Tal vez ni siquiera este cerca de ser uno. Durante la temporada han
podido esconder esto por varias razones: la primera pasa por el potencial
interior que tienen. Hibbert, West y Scola son jugadores fiables en ataque pero
sobretodo el primero de ellos está en un bache que se va haciendo cada vez
profundo. Promedia en los últimos cinco partidos 8 puntos y un lamentable 43%
en tiros de campo. La segunda de las razones ha sido Paul George que ha podido dominar el juego hasta
estos últimos cinco partidos (aunque está manteniendo una línea peligrosamente
descendente durante toda la liga). Y por último, la razón más importante de la
gran temporada de Indiana, la defensa. 106 puntos por partido son los que ha
recibido la mejor defensa de la liga en la serie de cuatro derrotas
consecutivas. Indiana no está preparada para ganar regularmente partidos a 110
puntos y por eso sufre. Y mucho. Necesitan que vuelva la defensa y el Hibbert más
intimidador.
Miami Heat. Creo que Miami es un equipo difícil de leer. Su
racha de tres derrotas ha sido contra tres grandes de la liga, San Antonio,
Houston y Chicago. Sin embargo es el ganador de los dos últimos anillos y tiene
al mejor jugador de la liga. Pero hay varios interrogantes detrás de todo esto.
El primero es el puesto de base. La situación es la misma que en otros años.
Las dudas sobre Mario Chalmers y Norris Cole. Ambos son jugadores promedio y
que esconden sus carencias por jugar al lado de quien juegan porque no nos
engañemos, LeBron hace de todo y todo bien. Veremos si pueden volver a surgir
como factores claves (o al menos seguros) en tiempo de Playoffs. El segundo
interrogante es la posición de escolta. Spoelstra ha jugado muy bien con los partidos
y el descanso de Wade con vistas a que esté
listo para la postemporada. ¿Lo conseguirá? De momento el plan le sale a la
perfección porque Wade tiene en esta temporada su alto en porcentaje de tiros
de campo y de lanzamientos de tres ¡¡EN TODA SU CARRERA!! Por otro lado tenemos
a Ray Allen. A día 10 de marzo no tengo casi ninguna duda de que va a ser vital
y decisivo en alguna serie de Playoffs pero los años no pasan en balde y Allen
tira con uno de sus peores promedios en triples de su vida. Y por último su
juego interior. Miami Heat solo tiene un jugador 7 pies y adivinen quien es…
Si, el pobre y otrora futuro pívot mas dominante de la liga Greg Oden.
Obviamente Chris Bosh es un valor seguro y Birdman puede ayudar, pero los
números son los números y Miami Heat está en el sótano en la lista de rebotes
por partido. De todas maneras Miami ha tenido estos problemas casi calcados en
las dos anteriores temporadas y ha salido campeón. Veremos.
Y por último OKC. Perkins, Collison, Adams y Thabeet. Ellos
son el primer problema de OKC. Forman junto a Ibaka el quinteto de interiores
del equipo pero ninguno de los cuatro puede anotar regularmente. Casi ni esporádicamente.
Los tres primeros son excelentes luchadores, gladiadores en la pista que pueden
defender y gastar faltas pero que con el balón en las manos podrían romper
cualquier tablero de Estados Unidos. Y no por su fuerza machacando. El papel de
Ibaka pues se antoja importante porque es la tercera amenaza ofensiva del
equipo, la única interior, y porque además ha adquirido un tiro de media- larga
distancia bastante interesante. Lo siguiente no sé si calificarlo como una
virtud o un problema, y me explico. Russell Westbrook vive en los contrastes. Igual
recorre la pista para acabar en uno de los mates más brutales del año que lanza
un airball en un triple que puede empatar un partido (Staples Center, 9-3-2014,
rival Los Angeles Lakers). En esa tesitura vive Westbrook y por ende vive OKC.
Es muy bueno pero a veces no te lo parece tanto. Y a veces parecerlo es casi
tan importante como serlo.
Sin duda estos tres equipos van a jugar y van a ser
favoritos cuando se deciden los títulos. Pero necesitan nadar rápido para salir
del oleaje en el que se han metido. Mientras, San Antonio Spurs les ve luchar
desde su hotel. Y sonríen.
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