martes, 24 de marzo de 2015

El creador de ilusión

Recuerdo como si fuera ayer enfundarme la camiseta de Phoenix Suns con el número 13 y con el nombre de Steve Nash a la espalda e ir a entrenar soñando con copiar cualquiera de sus maravillosos pases. Era una ilusión. Mi ilusión. Y el base canadiense el hombre que la creó. No creo, objetivamente hablando, que llegará a dominar el baloncesto ni la milésima parte de lo bien que él lo ha dominado durante todos estos años, pero botando el balón, lanzando contrataques y jugando el pick and roll con la camiseta morada he vivido, sin ninguna duda, algunos de los momentos más felices jugando al baloncesto. Porque por encima de todo, eso ha sido Nash en su carrera: un creador de ilusión.

El párrafo anterior es solo una muestra de lo que fue capaz de crear Steve Nash durante las 18 temporadas en las que saltó a la cancha haciendo felices principalmente a seguidores de tres equipos, Dallas Mavericks, Los Angeles Lakers y su gran amor, Phoenix Suns. 1217 partidos e infinitos momentos. 1217 partidos e infinitas veces que nos puso el corazón en un puño o un grito en el cielo con un pase entre las piernas del rival, con su maestría para jugar el pick and roll o con una dejada artesanal para encontrar absolutamente libre de marca a un compañero que muchas veces no se podía esperar el pase. Y nadie podía culparle. Nash imaginaba un pase donde no había nada. Y si le habéis visto jugar estaréis de acuerdo conmigo; NO HABIA NADA. Con esos pases inimaginables dio algún que otro pelotazo y rompió alguna nariz, pero sobre todo llevo manos a la cabeza y abrió bocas de asombro.


     
Su carrera deportiva se movió principalmente en dos ciudades. Phoenix- Dallas- Phoenix. Un viaje de ida y vuelta que marcó su carrera. Cuando regresó de su periplo texano, Steve Nash fue Phoenix Suns en una de las épocas más exitosas de la franquicia de Arizona. Y Phoenix Suns fue Steve Nash en la época más brillante del base de Canadá. Imposible entender el equipo de Mike D´Antoni sin la dirección de Steve. Fue la época del corre y dispara que tan famoso se hizo en la NBA. Llega y lanza. Tan admirado como criticado pero apasionante de ver. Steve lo montaba para que Marion, JoJo, Quentin Richardson, Grant Hill o Raja Bell lo finiquitaran. Si había imposibilidad de correr, Steve Nash jugaba el pick and roll con Amare Stoudemire como no se había visto en la liga desde Stockton y Malone. ¿Cuántos mates hizo Amare jugando con Steve? Incontables. Era una jugada que todos conocían pero que nadie era capaz de defender. Ah, y es de ley, sería un pecado no hacerlo, recordar aquella maravillosa película, ¿Cómo se llamaba? Ah sí, “Cuando Steve Nash creó a Marcin Gortat”.

“It was something that was magical” Palabras de su más fiel socio después de conocer la retirada del hombre con el que mejor ha funcionado en una pista. La relación Steve- Amare estaba condenada a salir bien. Y si, fue algo mágico. Un interior potente y rápido con facilidad para machacar el aro y un base con un don para encontrar el pasillo libre. Encajaron desde el minuto uno. Noche tras noche Amare explotaba aros después de pases imposibles. Temporadas dominando los highlights con absoluta mano de hierro.        

Quiero detenerme un momento en los dos premios MVP que lucen en su palmarés individual, el mayor logro (material) que cosechó como jugador de baloncesto. Temporada 2004- 2005 y 2005- 2006. Las temporadas en que el run and gun alcanzó niveles excitantes en Phoenix con Nash a los mandos. Con el MVP de la regular season pasa una cosa. No hace falta tener uno para ser de los mejores jugadores de la historia pero si tienes uno lo eres. Steve Nash tiene dos. Más que Kobe, O´Neal o Garnett. Jamás, y digo jamás, un jugador como Steve ha ganado el premio de MVP. Es justo poner esto en relevancia. Habitual coto privado de jugadores más mediáticos y de un perfil diferente al suyo, como Kobe, Iverson o Jordan, nadie podía imaginar a un jugador altruista y prominentemente pasador conquistando el premio a mejor jugador de la temporada, menos dos temporadas seguidas. Pero Steve cambió esto. Cambió leyes escritas a sangre y fuego y triunfó. Triunfó, también es justo decirlo, porque siempre fue un excelente tirador, aunque esta cualidad quedase muchas veces opacada por el arte que salía de sus manos en forma de pases.  



Porque además, y esto no es algo menor, el canadiense apareció en su máxima expresión cuando más se le necesitaba. El cenit de su juego coincidió con una época en la que la liga vivía lejos del reluciente listado de bases del que disfruta hoy (saludos Stephen Curry, Kyrie Irving, Damian Lillard, CP3 y tantos y tantos). La NBA atravesaba el desierto en el puesto de uno que solo maquillaban un Jason Kidd ya maduro y apariciones irregulares y esporádicas de otros jugadores.     


No me apetece, ni quiero, recordar sus últimas temporadas en los Lakers. Parecía que Howard, Kobe, Pau y él se comerían el mundo pero a Nash ya le estaban empezando a comer las lesiones. El hombre que no cometía errores en la cancha cometió uno al pensar que podía jugar hasta pasados los 40. Era su ilusión, tantas veces lo dijo, jugar más allá de la cuarentena. Era su ilusión, valga la redundancia, seguir ilusionando. Era su ilusión seguir regalando canastas a sus compañeros y ponernos el corazón en un puño y el grito en el cielo. Steve, sinceramente, gracias y te echaré mucho de menos.   

lunes, 9 de marzo de 2015

Kevin Love, en proceso de cambio

Kevin Love y los triples, una historia de ¿amor?

Raza blanca tirador. El club que inauguró el gran Andrés Montes hace ya bastantes años tiene un nuevo miembro. Con 2 metros y 8 centímetros, 110 kilos de peso y proveniente de Santa Mónica, California… ¡¡¡Kevin Love!!! El ala pivot de Cleveland Cavaliers ha pasado de ser una amenaza bajo los aros y en la zona pintada a pasar la mayor parte de su tiempo en la cancha más allá de la línea de tres. Una transformación discutible pero que parece no tener vuelta atrás, ya que a pesar de que él insiste en no calificarse como un cuatro abierto, los números y las imágenes dicen justamente lo contrario. Es ya una imagen habitual en los partidos de la franquicia de Ohio ver la figura de Kevin Love parada detrás de la línea de tres esperando que le llegue el balón para ejecutar el tiro. El catch and shoot se ha convertido en su jugada por excelencia. Casi en su única arma. No participa en el juego salvo para recibir, levantarse y tirar.   

Temporada
Tiros intentados por partido
Triples intentados por partido
2008-2009
8.5
0.2 (10.5%)
2009-2010
10.8
1.8 (33%)
2010-2011
14.1
2.9 (41.7%)
2011-2012
19.3
5.1 (37.2%)
2012-2013
16.6
5.1 (21.7%)
2013-2014
18.5
6.6 (37.6%)
2014-2015
12.9
5.2 (36.3%)

*Entre paréntesis porcentaje de acierto*


Las estadísticas hablan por sí solas. Desde su tercer año en la liga, Kevin Love demostró cierta tendencia a ejecutar tiros de tres. En un equipo como Minnesota Timberwolves en el que hacía y deshacía a su antojo llegó a tirar más de seis triples por partido, la temporada pasada, con un porcentaje de acierto nada desdeñable, un 37.6%. Eso era exactamente una tercera parte de su total de tiros, una barbaridad para un hombre interior. Con el cambio de equipo y su llegada a territorio LeBron e Irving su número total de tiros ha bajado dramáticamente, casi seis tiros por partido, sin embargo, solo ha bajado un triple de media por partido. ¿Resultado? Tira menos pero lanza casi el mismo número de triples. Lo siento Kevin, los datos hablan por sí solos. 


Kevin Love ejecutando un triple. Como siempre.

Para instaurar definitivamente a Kevin Love como cuatro abierto en la liga debemos establecer una comparación con otros jugadores que ocupan la misma posición de ala-pivot pero que tienen tendencia a tirar desde la larga distancia. Kevin Love se sitúa octavo en porcentaje de acierto en triples entre los ala- pivot con un 36.3% y ¡¡¡segundo!!! en número de triples intentados por partido solo por detrás del gran Ryan Anderson y el segundo que más anota solo por detrás del ala-pivot de New Orleans Pelicans.

Jugador
Triples intentados cada 36 minutos
Kevin Love
5.5
Ryan Anderson
7.8
Channing Frye
6.7
Nikola Mirotic
6.2
Mike Scott
6.1
Marcus Morris
5.6

Como vemos en la tabla, Kevin Love iguala a Marcus Morris y se acerca al número de triples intentados por cada 36 minutos de Nikola Mirotic y Mike Scott mientras que solo mira desde la lejanía al cuatro abierto por excelencia de la liga, Ryan Anderson. Una muestra más de su metamorfosis en cuatro tirador. 
  
¿Cómo afecta LeBron a su juego?

Para un jugador como Kevin Love, acostumbrado a ser la estrella de su equipo no cabe duda que ha debido ser un shock compartir de pronto equipo con la más brillante estrella de los últimos años y con uno de los jugadores jóvenes más destacados de toda la liga, Kyrie Irving. ¿Es comparable el cambio de juego que sufrió Chris Bosh en Miami con el que sufre Kevin Love en los Cavaliers? Cuando el Big Three (Wade, LeBron y Bosh) se juntó en Miami, el juego y el protagonismo del ala-pivot de Dallas cambió para siempre. La situación era ciertamente parecida a la de Kevin Love. Bosh llegaba de un equipo (Toronto Raptors) en el que nadie ponía en duda su liderazgo y se embarcaba en la aventura de jugar con otras dos superestrellas de la liga. El experimento salió bien pero Chris Bosh fue el que sin duda más cosas dejó por el camino. Sacrificó tiros y situaciones de uno contra uno de cara al aro, echó un paso para atrás su zona de acción y se convirtió incluso en una amenaza desde el tiro de tres. 

Situación parecida vive Kevin Love en la actualidad. Encerrado en un equipo que no le permitía colmar sus obsesiones grupales, fue intercambiado por Andrew Wiggins y llego al gran ganador del verano, Cleveland Cavaliers. Obviamente él ya era una amenaza real de tres como hemos visto anteriormente pero no dejaba de ser un jugador polivalente y que sin duda podía hacer la diferencia en la zona pintada, bien con situaciones individuales de uno contra uno o a través de la faceta del juego que probablemente mejor domine, el rebote en ataque. El rebote ha sido la marca registrada de Kevin Love durante toda su carrera pero incluso esto ha cambiado este año. Después de dominar la lista de máximos reboteadores este año supera con dificultades los 10 rechaces por partido lo que nos está impidiendo ver habitualmente una jugada clásica: Kevin Love- rebote en ataque- canasta. Así que básicamente todo ha cambiado para él. Su forma de jugar, la zona donde quiere y hace daño, su protagonismo, sus compañeros… ¿Volverá a cambiar todo este verano? Seguiremos informando.


                                                                 Ey LeBron, ¿has visto como enchufo de 3?

¿Es Kevin Love una estrella de la NBA?
He aquí la pregunta que viene girando en torno a Kevin Love en las últimas temporadas. Primero, su incapacidad para llevar a Minnesota a pisar Playoffs puso en duda su condición de líder. Impresionantes campañas individuales no fueron respaldadas por los éxitos grupales y dos corrientes se instauraron en la liga. ¿Kevin Love es una superestrella o un jugador sobrevalorado por unos espectaculares números? El ala- pivot se mueve en el eterno vaivén de las opiniones. En Minnesota no le quisieron renovar por el máximo de años y dinero y su actual entrenador, David Blatt, ya ha dejado alguna declaración polémica sobre él y su condición de estrella. Ha  sido tres veces All-Star, todas durante su estancia en Minnesota, y media liga anduvo detrás de sus servicios el pasado verano cuando la salida de Minneapolis parecía cantada. Datos e historias que  juegan a favor de su condición de estrella y datos e historias que juegan a favor de su condición de jugador sobrevalorado. El debate está más abierto que nunca. 

En mi opinión, Kevin Love se está alejando de la condición de superestrella poco a poco. Su defensa, que siempre ha sido más que sospechosa, llama mucho más la atención en el foco de Cleveland que en Minnesota, principalmente porque en los Wolves no había nadie que defendiera y además no estaba en medio del huracán de la gran historia que es el regreso de LeBron a los Cavs. Su tendencia a los tiros abiertos es comprensible pero parece haberse olvidado de algunas de las cualidades que alguna vez hicieron que se le considerara una estrella entre aficionados y especialistas, por ejemplo su presencia en el rebote ofensivo. Su abstracción en el juego (escasa participación en ataque y nula actitud en defensa) es otro de los puntos que debe impedir situarle entre los grandes de la liga. Y por supuesto Kevin Love tiene otro grave problema: se ha convertido rápidamente en el perfecto puching ball de Cleveland, el jugador al que criticar el primero. Que difícil debe ser convertirse en alguien que no quieres ser y eso, es lo que está viviendo Kevin Love.  
 

  

sábado, 7 de marzo de 2015

¿Stephen Curry, James Harden o Russell Westbrook?

La temporada NBA 2014-2015 va llegando a su fin mientras se acrecienta el debate de quien merece ser coronado como MVP. En las seis campañas anteriores, LeBron James estableció un dominio que le permitió levantar dicho título en cuatro ocasiones. Las dos restantes fueron a parar a manos de Derrick Rose y de Kevin Durant. Estos tres genios parecen fuera de la competencia por razones obvias: Kevin Durant martirizado por las lesiones no ha podido gozar de la regularidad necesaria para optar a este premio, Derrick Rose lejos de su mejor nivel y con sus recurrentes problemas en las rodillas y LeBron James porque a pesar de que sus números siguen siendo magníficos no alcanzan el nivel de excelencia al que estábamos acostumbrados. Por la ventanita que han dejado entornada los últimos dominadores de la NBA, se han colado tres nombres que parecen ser los más firmes candidatos a conseguir la máxima distinción individual que otorga la liga al acabar la temporada regular. Tres jugadores jóvenes que luchan por convertirse en el mejor jugador de la NBA con todas las de la ley:

Desde California nos llega la candidatura de Stephen Curry (26 años). Después de los primeros meses de competición no parecía haber discusión: el base de Golden State Warriors iba a ser el MVP de la temporada 2014-2015. Su inicio fue fulgurante y ha sido capaz de mantener un alto nivel con el paso de los meses. Su conexión con Klay Thompson, el excelso nivel de juego general de Golden State Warriors y jugadas mágicas han hecho babear a más de un aficionado. Su estilo desenfadado y su habilidad para convertir en canastas tiros en situaciones imposibles son dos muestras de un talento insultante que gusta, que encanta y que hipnotiza. Ha dejado exhibiciones meteóricas como los 51 puntos contra Dallas o, aunque sea fuera de competición, su increíble final en el concurso de triples del All- Star. Además pertenece a uno de los equipos que está luchando por conseguir el mejor record de la liga (junto con Atlanta), lo que siempre ayuda a la hora de conseguir los premios individuales.     


Los números: 24 puntos, 7.8 asistencias y 4.4 rebotes por partido. 27.97 PER. 48.4% en tiros de campo y 41.7% en tiros de tres. Estrella del mejor equipo de la Conferencia Oeste y en lucha por ser el mejor de la competición.   
  
El segundo candidato de la lista es James Harden (25 años), el brillante escolta de Houston Rockets. La barba más famosa de la NBA ha ido construyendo su candidatura a base de actuaciones increíbles, sobre todo en el plano anotador. Debido a los problemas físicos que han asediado a Howard en la temporada, Harden ha tenido que tomar la absoluta responsabilidad y ha respondido en grande colocando a su equipo cuarto en el salvaje Oeste, pese a que hay plantillas más completas por detrás. Sigue siendo, un año más, el jugador que más faltas y tiros libres saca al rival lo que le permite asegurar muchos puntos desde la línea cada noche. Su step back es marca registrada y su defensa ha mejorado dramáticamente. Vale, eso último no era muy difícil. Su crecimiento sigue firme y ha demostrado que los que le veían como una futura estrella cuando salió de OKC no estaban equivocados. ¿Se estará arrepintiendo Oklahoma y Sam Presti de haberlo perdido hace ya 2 temporadas y media?  

    

Los números: 27 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias por partido. 27.15 PER. 44.8% en tiros de campo y 37.9% en tiros de tres. 27 partidos con más de 30 puntos está temporada (¿Cuántos lleva el segundo? 18).  

Y el último en presentar candidatura ha sido Russell Westbrook (26 años). Asumiendo el liderazgo de OKC debido a los interminables problemas físicos de Kevin Durant esta temporada, el base ha sido una cruel pesadilla para equipos rivales y una delicia para el aficionado al baloncesto. Capaz de recorrer la pista en un parpadeo va eliminando detractores y sumando adeptos a su juego. Su increíble racha de cuatro triples- dobles seguidos será recordada durante muchos años con total justicia. Ha demostrado que cuando recibe el balón en su cancha y tiene espacio para correr solo hay una cosa que pueden hacer sus rivales: mirarle (no te da tiempo ni a hacerle falta). Y en cuanto a su partido de 38 tiros… ¿Quién no ha querido tener alguna vez uno así? Otras preguntas surgen. ¿Pueden pasarle factura las dificultades que está teniendo su equipo para clasificar a Playoffs? No, por un motivo muy simple. Russell Westbrook es (casi) el único motivo por el que OKC acabará clasificando para las series por el título. ¿Repetirá Russell Westbrook su MVP del All- Star? No queda mucho para saberlo.   



Los números: 27.4 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes por partido. 30.07 PER. 43.3% en tiros de campo y 28.6% en tiros de tres. 4 partidos consecutivos sumando un triple-doble.

A poco más de un mes de finalizar la temporada regular, son estos tres los jugadores que parecen haberse destacado en la lucha por el MVP, pero a lo largo de la campaña son varios los nombres que han sonado y que por una cuestión u otra se han ido cayendo. LeBron James, como candidato perenne ha estado en la pomada, Marc Gasol con un inicio impresionante parecía que incluso podría luchar y sobre todo Anthony Davis. El joven pivot de New Orleans Pelicans ha sido brillante durante toda la campaña y sus promedios de 24.3 puntos, 10.4 rebotes y 2.8 tapones por partido, acompañado con su histórico PER de 31.61 le dan aun una mínima esperanza de pelear por su primer título individual de los muchos, me aventuro a decirlo, que ganará. En su contra juega que New Orleans amenaza con quedarse fuera de los Playoffs.


En resumen, una magnifica temporada regular que dejará un magnifico y merecido ganador, sea quien sea, del MVP de la temporada regular. Tres jugadores que se lo merecen pero solo un premio disponible. ¿Quién ganará?    

martes, 3 de marzo de 2015

La temporada más dura de KD

Decepción a nivel grupal e individual

Después de alzar el premio de MVP de la temporada 2013-2014, Kevin Durant enfrentaba un verano con un reto mayúsculo: ser el referente del Team USA que viajaría hasta España para disputar el Mundial de baloncesto 2014. Pero después de un cúmulo de situaciones (la lesión de Paul George, contratos…) Kevin Durant descartaba su presencia en la cita mundialista para prepararse con todas las de la ley de cara a la nueva temporada. Sin embargo, una inoportuna lesión le apartaba del primer mes de competición. Las cosas empezaban a torcerse antes de empezar. Un oscuro presagio. Luego encadenaría 9 presencias consecutivas con otras seis ausencias después de caer herido cuando contabilizaba la friolera de 30 puntos en Golden State, ante el mejor equipo de la liga y en apenas 19 minutos. A continuación vendría su racha más larga de partidos jugados esta temporada, 12. Ahora vuelve a estar de baja con problemas en un pie y permanecerá fuera de las canchas al menos por una semana más. ¿Resultado? Solo 27 partidos jugados y 25.4 puntos anotados por encuentro, increíble para cualquier ser humano pero discreto comparado con sus 32 de media de la campaña pasada.   

En el plano grupal eran muchos los que tenían (y me incluyo) a OKC como máximo favorito al título antes e incluso después de la primera lesión de Durant. La previsible “relajación” de San Antonio tras conseguir el anillo, el desmembramiento de Miami con la marcha de LeBron a Cleveland y las dudas que siempre despiertan los nuevos aspirantes (los mismos Cavs, los Warriors o los Bulls con Pau)  hacían ver al equipo dirigido por Scott Brooks como el más firme candidato. Pero mil lesiones después y debido a la brutal competencia de la que hace gala la Conferencia Oeste, OKC se sitúa en el octavo puesto de la clasificación luchando por cerrar su presencia en los Playoffs. A día de hoy parece factible que lo puedan conseguir, pero el regalo envenenado que supone clasificarse de los últimos ya lo conocemos todos; de momento, Golden State si clasifican octavos.

¿Una inevitable lucha de egos?

Un gesto ha desatado en la última semana una polémica a todas luces inevitable. Las especulaciones sobre la relación entre Durant y Westbrook estaban listas para explotar en cuanto prendiera cualquier mecha y el no choque de manos entre los dos mejores jugadores del equipo fue el perfecto desencadenante. Durante el tiempo que han compartido equipo la división de roles ha sido clara; Durant se ha llevado los elogios (muy merecidos) y el protagonismo positivo, con MVP incluido y Westbrook ha lidiado con la presión de la crítica continua, provocada por su propio estilo de juego pero también por jugar al lado de KD y lo que esto supone: demanda de balones que Westbrook como supuesto organizador debe atender o la creencia inamovible de que es KD el indicado de jugarse la última posesión y no el explosivo base. Parece que el paso del tiempo había ido construyendo una relación a prueba de cualquier bomba o comentario con mala intención pero el continuo vaivén que está siendo la temporada 2014-2015 para el equipo supone una prueba de fuego 
más en la relación Durant- Westbrook.  



Enfrentado con la prensa y aficionados

El cambio de actitud de Kevin Durant con la prensa ha sido tan obvio como sorprendente. Siempre catalogado como un chico bueno, la frustración de no verse al 100% nos ha permitido ver al Durant más lenguaraz e irreverente. El anteriormente conocido como niño bueno de la NBA ha dejado declaraciones para el recuerdo durante la temporada, principalmente dirigidas hacia la prensa. Su “Realmente ustedes no saben una puta mierda (…) Para ser honesto solo estoy aquí porque tengo que hacerlo. Realmente no me importa lo que digáis. No sois mis amigos. Vais a escribir lo que queráis. Nos queréis un día y al siguiente nos odiáis. He aprendido a lidiar con esto" es solo una muestra de lo enfadado que se ha mostrado KD. También ha tenido para aquellos aficionados que se encargaron de hacer memes con su emotiva rueda de prensa de coronación como MVP y su última salida de tono fue responder con un feo apelativo a un fan que intentaba provocarle estableciendo una comparación con su compañero Westbrook.

En resumen, una temporada llena de frustración y dificultades hasta ahora para el bueno de Kevin Durant y que a dia de hoy parece tener solo un posible arreglo: conseguir contra todo pronóstico un anillo que corone por fin a KD y a sus compañeros como el mejor equipo de la NBA. Tienen la calidad y los mimbres necesarios para ello, pero solo el tiempo nos dirá si Kevin Durant da la vuelta a su temporada más dura.  

lunes, 2 de marzo de 2015

¿Qué te pasa San Antonio?

¿Qué le pasa a San Antonio Spurs? La pregunta corre como la pólvora entre los analistas y los aficionados a la NBA, preocupados por el nivel irregular que muestra el equipo de Popovich. Los actuales campeones caminan en la discreta séptima plaza del Oeste y existen serias y fundadas dudas de que pueda mejorar su clasificación, más aun si cabe después de una racha de cuatro derrotas consecutivas después del All Star, ahora maquilladas con una racha de dos victorias. A continuación, algunas razones de porque San Antonio ha pasado de ser la sensación de la NBA a un equipo promedio que lucha por clasificarse para Playoffs: 
     
La resaca y los equipos jóvenes apretando

Es obvio que cuando se consigue un logro tan importante como es conquistar un título de la NBA la resaca va a existir. Vas a levantarte a las dos del mediodía del día siguiente con un anillo más (a veces el de casado) y vas a necesitar un par de ibuprofenos para ponerte en marcha. Si además tienes a tú alrededor jóvenes perros de presa (Golden State Warriors, Memphis Grizzlies, Houston Rockets o Los Clippers) esperando a que pegues un pequeño resbalón para atacarte la resaca puede ser aún más dura. No estoy preparado para asegurar que la primera parte (la de la resaca, Pop es demasiado serio) sea algo que le esté ocurriendo a los Spurs pero si soy plenamente consciente de que lo segundo se ajusta perfectamente a la realidad. La sangre nueva ha llegado a la NBA y esta la encarnan los equipos arriba mencionados. Por eso San Antonio Spurs debe hacer un doble o un triple esfuerzo para superar a rivales como los Warriors o los Grizzlies.  

Las lesiones

En un año en el que es raro encontrar un equipo que no haya tenido jugadores con problemas físicos, San Antonio Spurs ha sido uno de los grandes damnificados de la plaga que asola la NBA. Popovich ha visto como a lo largo de la campaña no ha podido contar en diferentes momentos con Kawhi Leonard, Tony Parker, Manu Ginobili, Marco Belinelli, Patty Mills y Tiago Splitter. Esto significa que, en mayor o menor medida, la columna vertebral de San Antonio Spurs ha sido atacada por los problemas físicos. Especialmente sangrante para los Spurs ha sido la baja de Leonard. El MVP de la campaña pasada ha lidiado con problemas físicos a lo largo de todo el año, especialmente en el segundo cuarto de la temporada. Del 15-6 con el que iniciaron los Spurs con él en pista en todos los encuentros al 9-10 que obtuvieron en los siguientes 19 partidos con apenas dos presencias del alero de Los Ángeles.  El día y la noche.

Tony Parker pone cara a las dudas

Cuando se buscan culpables a la actual situación de los Spurs, el primer nombre que salta a la palestra es el de Tony Parker. No es ningún secreto que el francés está pasando por un bache en la presente temporada. Más allá de las lesiones, él mismo ha reconocido que no se encuentra nada cómodo en la cancha y eso es algo que San Antonio Spurs no se puede permitir: “Ni siquiera me planteo usar como excusa el tema de las lesiones. Simplemente no me encuentro nada bien. Todo el mundo lo sabe. Lo que tengo que hacer es dejar de buscar excusas y encontrar una solución incluso si no me siento bien” (vía @Basket4us).  El motor del equipo texano es peor que el año pasado en puntos, asistencias y porcentaje en tiros de campo. Casi nada.  

Y aun así… se hace difícil no confiar en ellos

A pesar de que no se recuerda por San Antonio una temporada tan irregular, hay pocas dudas de que el equipo responderá cuando las cosas se pongan realmente interesantes, es decir, en Playoffs. ¿El problema? El salvaje Oeste. San Antonio se coloca en la actualidad dos partidos por detrás del sexto puesto en el Oeste (en posesión de Dallas) y tres juegos y medios por delante del octavo, Oklahoma City Thunder. Ahora mismo la séptima posición les daría a los Spurs el privilegio de enfrentarse con… ¡¡Memphis Grizzlies!! Casi nada. San Antonio va a necesitar llegar al 100% a las series por el título si quiere tener una mínima oportunidad de colocar en su mano un anillo por segundo año consecutivo. Pero son los Spurs y es Popovich. No conviene dudar de ellos.