Decepción a nivel
grupal e individual
Después de alzar el premio de MVP de la temporada 2013-2014,
Kevin Durant enfrentaba un verano con un reto mayúsculo: ser el referente del
Team USA que viajaría hasta España para disputar el Mundial de baloncesto 2014.
Pero después de un cúmulo de situaciones (la lesión de Paul George, contratos…)
Kevin Durant descartaba su presencia en la cita mundialista para prepararse con
todas las de la ley de cara a la nueva temporada. Sin embargo, una inoportuna
lesión le apartaba del primer mes de competición. Las cosas empezaban a
torcerse antes de empezar. Un oscuro presagio. Luego encadenaría 9 presencias
consecutivas con otras seis ausencias después de caer herido cuando
contabilizaba la friolera de 30 puntos en Golden State, ante el mejor equipo de
la liga y en apenas 19 minutos. A continuación vendría su racha más larga de
partidos jugados esta temporada, 12. Ahora vuelve a estar de baja con problemas
en un pie y permanecerá fuera de las canchas al menos por una semana más. ¿Resultado?
Solo 27 partidos jugados y 25.4 puntos anotados por encuentro, increíble para
cualquier ser humano pero discreto comparado con sus 32 de media de la campaña
pasada.
En el plano grupal eran muchos los que tenían (y me incluyo)
a OKC como máximo favorito al título antes e incluso después de la primera
lesión de Durant. La previsible “relajación” de San Antonio tras conseguir el
anillo, el desmembramiento de Miami con la marcha de LeBron a Cleveland y las
dudas que siempre despiertan los nuevos aspirantes (los mismos Cavs, los
Warriors o los Bulls con Pau) hacían ver
al equipo dirigido por Scott Brooks como el más firme candidato. Pero mil
lesiones después y debido a la brutal competencia de la que hace gala la
Conferencia Oeste, OKC se sitúa en el octavo puesto de la clasificación
luchando por cerrar su presencia en los Playoffs. A día de hoy parece factible
que lo puedan conseguir, pero el regalo envenenado que supone clasificarse de
los últimos ya lo conocemos todos; de momento, Golden State si clasifican
octavos.
¿Una inevitable lucha
de egos?
Un gesto ha desatado en la última semana una polémica a
todas luces inevitable. Las especulaciones sobre la relación entre Durant y
Westbrook estaban listas para explotar en cuanto prendiera cualquier mecha y el
no choque de manos entre los dos mejores jugadores del equipo fue el perfecto
desencadenante. Durante el tiempo que han compartido equipo la división de
roles ha sido clara; Durant se ha llevado los elogios (muy merecidos) y el
protagonismo positivo, con MVP incluido y Westbrook ha lidiado con la presión
de la crítica continua, provocada por su propio estilo de juego pero también
por jugar al lado de KD y lo que esto supone: demanda de balones que Westbrook
como supuesto organizador debe atender o la creencia inamovible de que es KD el
indicado de jugarse la última posesión y no el explosivo base. Parece que el
paso del tiempo había ido construyendo una relación a prueba de cualquier bomba
o comentario con mala intención pero el continuo vaivén que está siendo la
temporada 2014-2015 para el equipo supone una prueba de fuego
más en la
relación Durant- Westbrook.
Enfrentado con la
prensa y aficionados
El cambio de actitud de Kevin Durant con la prensa ha sido
tan obvio como sorprendente. Siempre catalogado como un chico bueno, la
frustración de no verse al 100% nos ha permitido ver al Durant más lenguaraz e
irreverente. El anteriormente conocido como niño bueno de la NBA ha dejado
declaraciones para el recuerdo durante la temporada, principalmente dirigidas
hacia la prensa. Su “Realmente ustedes no saben una puta mierda (…)
Para ser honesto solo estoy aquí porque tengo que hacerlo. Realmente no me
importa lo que digáis. No sois mis amigos. Vais a escribir lo que queráis. Nos
queréis un día y al siguiente nos odiáis. He aprendido a lidiar con esto" es
solo una muestra de lo enfadado que se ha mostrado KD. También ha tenido para
aquellos aficionados que se encargaron de hacer memes con su emotiva rueda de
prensa de coronación como MVP y su última salida de tono fue responder con un
feo apelativo a un fan que intentaba provocarle estableciendo una comparación
con su compañero Westbrook.
En resumen, una temporada llena de frustración y
dificultades hasta ahora para el bueno de Kevin Durant y que a dia de hoy
parece tener solo un posible arreglo: conseguir contra todo pronóstico un
anillo que corone por fin a KD y a sus compañeros como el mejor equipo de la
NBA. Tienen la calidad y los mimbres necesarios para ello, pero solo el tiempo
nos dirá si Kevin Durant da la vuelta a su temporada más dura.
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